Diario de León

Se normalizan los ríos pero no las capturas

La temporada truchera debería ir a mejor, pero lo cierto es que se pesca bastante mal

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Pedro Vizcay - león
León

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RIO CAUDAL AGUAS CONDIC. DE PESCA Esla Algo Bajo Claras Regulares Porma Normal Claras Buenas Orbigo Normal Claras Buenas Sil Normal Claras Buenas Tuerto Bajo Claras Regulares Bernesga Algo alto Algo canosas Regulares Torío Algo alto Claras Buenas Curueño Normal Claras Buenas Omaña Normal Claras Buenas Luna Algo bajo Claras Regulares Eria Normal Claras Buenas Duerna Normal Claras Buenas Cabrera Algo alto Canosas Regulares Burbia Normal Claras Buenas Cúa Normal Claras Buenas Valcarce Normal Claras Buenas Selmo Normal Claras Buenas Ancares Normal Claras Buenas Cea Normal Claras Buenas A medida que avanza el mes de mayo, y pese a las tormentas, se va normalizando la situación de los ríos con lo que la temporada truchera debería ir a mejor, pero lo cierto es que sigue pescándose bastante mal. Los ríos de montaña van recuperando la normalidad, pero siguen bajando algo altos. En estas condiciones el cebo natural es el arte que sigue dando los mejores resultados. Tanto en el Curueño, como en el Torío y especialmente en el Porma se está pescando bien a gusarapín, pues las truchas ya no se mantienen empozadas y pegadas al fondo y a determinadas horas salen a comer a las corrientes y chorreras en la entrada de pozos y tablas, donde corre este cebo. Los pescadores que no dominan esta técnica o simplemente que no les gusta madrugar o buscar cebo vivo en las frías corrientes lo tienen más difícil. A partir de ahora y hasta la eclosión de la mosca de la piedra en los cursos naturales, la gusarapa será el cebo vivo mas eficaz de cara a las grandes truchas. De hecho en el Omaña el rancajo está dando bastantes capturas, aunque los pescadores se quejan del tamaño de las mismas, muy inferior al del pasado año Las imitaciones bien lastradas también pueden dar buenas capturas pescando con cola de rata «a ninfa». Los ríos regulados, que siempre resultan más seguros en estos comienzos de temporada, no acaban de asentarse. El Órbigo sigue con variaciones diarias, salvo en los fines de semana, que hacen subir y bajar el caudal a lo largo del día. El Esla discurre muy bajo, lo que motiva que las truchas no se muevan durante el día. Tal vez sea el Porma el que discurre en mejores condiciones, pero también es el que registra mayor afluencia de pescadores. Quienes manejen la mosca de mayo conseguirán buenas truchas en este río, pues ya la comen en su curso bajo, desde la tabla de los ajos hasta el coto del Condado II. También en el intensivo de Marne llevan varios días comiendo la mosca de la piedra, El Sil está dando muy pocas capturas pero, al igual que en el Órbigo, ya hay serenos. La sapina y el pelujo Otra circunstancia desfavorable para la pesca que afortunadamente ya está finalizando es lo que los pescadores conocen como la sapina. En esta época los sapos se concentran en los ríos y humedales para proceder a su reproducción depositando miles de huevas que mas tarde eclosionarán. Cuando esto sucede se pesca muy mal, posiblemente porque los peces se alimentan de la mencionada hueva. Cualquier pescador que se aproxime a la orilla de ríos o embalses observará a los grandes batracios deambulando por las orillas o dentro del agua. También en esta época es frecuente ver animales aplastados en los caminos próximos a los cauces. Los cambios de tiempo tampoco son favorables para la pesca. Hemos pasado en pocos días del frío al calor y otra vez al frío. Las truchas no se ceban a las horas en que deberían hacerlo, la postura escasea y en el mejor de los casos se ceban por la tarde un poco antes de la puesta del sol. Además en los cursos bajos ha empezado a caer el «pelujo» una especie de polen algodonoso que sueltan los chopos y otras especie s arbóreas de ribera y que, habitualmente, cae desde mediados de mayo. Este año, sin embargo, se ha retrasado pero ya comienza a caer lo que crea problemas para pescar en superficie. Todas estas circunstancias concatenadas, unidas a las tormentas persistentes, hacen que las últimas semanas de mayo no estén siendo las más propicias para la pesca. A partir de junio las eclosiones de insectos serán mas largas, a veces durarán toda la tarde incluidos los serenos, y el pescador de mosca podrá divertirse.

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