El tsunami barrió a la afición emeritense

Una vez más la afición de la Ponferradina demostró su señorío y dejó muestras de cómo debe animarse a un equipo en tierra extraña. Más de 1.500 bercianos fueron alojados en el fondo norte del Romano, después de haber tomado de forma pacífica las calles de la capital extremeña, una vez descendieron de los diez autocares que les transportaron desde El Bierzo. Ni siquiera el mazazo del tanto local pudo con ellos y además el gol del empate hizo que se revitalizaran en sus cánticos y ya después de marcar Teo llegó el delirio. Pero como nada en el fútbol es sencillo y más en una competición tan ingrata como ésta en la que te juegas todo el año en cuatro partidos, tocó sufrir delante de sus narices porque Cabrero estaba en esa portería aguantando las acometidas locales en la segunda parte. La nota negativa fue el apedreamiento de un autocar de aficionados cuando inciaban el regreso. Una luna lateral estalló, pero no llegó a romper y por fortuna no hubo heridos en ese acto.