Diario de León

Fútbol | Eurocopa 2008

Villa rescata a España

Por primera vez en mucho tiempo, la Selección no tiene que esperar hasta el último duelo para pasar de ronda. El equipo de Aragonés se clasifica para cuartos como primera de grupo

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Iván Orio - innsbruck
León

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David Villa fue de nuevo el salvador de España, que parecía abocada a un empate, al marcar en el tiempo de descuento el segundo tanto de la Selección española, el del triunfo, que pone al equipo en la lanzadera de los cuartos de final. La Selección tiene duende. Se comprobó ayer en el Tivoli Neu de Innsbruck, donde logró doblegar a una Suecia ultradefensiva con un gol al límite del tiempo, de esos que recuerdan siempre los aficionados y que hacen que la victoria sepa aún mejor. Y, cómo no, lo hizo Villa, que parece tocado por una varita mágica y que ya lleva cuatro en esta Eurocopa. Fue la justa recompensa para una España que, con los altibajos propios de cualquier partido, se mostró siempre fiel a su espíritu de juego de toque paciente y preciso, incluso cuando tuvo que sufrir. No se merecían los nórdicos sumar un empate. Hubiera sido un premio excesivo a su racanería y a su dependencia casi obsesiva de Ibrahimovic. A estas alturas ya nadie discute que Torres y Villa forman la pareja de ataque más letal de la cita de Austria y Suiza. El delantero del Liverpool, más motivado que nunca para acallar cualquier polémica, ofreció una demostración de anticipación en el primer tanto. Y el asturiano hizo el más difícil todavía: qué temple para controlar dentro del área y definir cuando el encuentro ya moría. Con esta pegada y esta lealtad a la estrategia de Luis Aragonés se puede llegar muy lejos. Todavía no es el momento de echar las campanas al vuelo, pero lo cierto es que la Selección, juegue quien juegue, transmite buenas sensaciones y tiene esa pizca de suerte que le ha faltado en otras competiciones. Portazo, pues, a las dudas. El objetivo de los cuartos de final ya está conseguido. Escarmentada por su inicio ante Rusia, España marcó territorio desde el primer minuto y volvió a convertir la medular en su centro de operaciones. Sabía de la experiencia de Suecia y que no podía enseñarle ni el más mínimo signo de debilidad. Con un Senna inmenso en la circulación -su colocación es para escribir un manual-, el equipo nacional manejaba el tempo del partido a su antojo ante un rival que puso el cerrojo y tiró las llaves. Curiosamente, ese dominio se transformó en desconcierto y desorden cuando se adelantó en el marcador. Fueron los peores minutos de la Selección, que dio un paso atrás y propició el empate de Ibrahimovic en un error defensivo de Sergio Ramos, desenchufado y muy desacertado durante todo el partido. El de Hortaleza ha conseguido que su tropa crea a pies juntillas en lo que hace, un paso imprescindible para tratar de hacer historia. A diferencia de lo ocurrido en otros torneos, España se conoce y, lo que es mejor, la reconocen. Por eso el equipo no se descompuso cuando Albiol entró por un lesionado Puyol y cuando Cesc y Cazorla -fantástico el del Villarreal- sustituyeron a Xavi e Iniesta. Hubo pequeños retoques, pero el equipo siguió a lo suyo, sin traicionar la filosofía general y convencido de que, tarde o temprano, lograría abrir la lata. Sufrió lo indecible la Selección -qué bien le viene de cara al cruce de cuartos- pero, al final, su apuesta salió ganadora. El boleto lo selló David Villa, que se ha convertido en el delantero de moda de la Eurocopa. El cuerpo técnico y la plantilla insistirán en que no hay euforia y que siguen con los pies en el suelo. Es su papel. Pero sólo había que ver ayer a los aficionados para darse cuenta de que ha vuelto la ilusión por una Selección diferente que tiene una pegada impresionante y que está aliada con la fortuna -eso sí, buscada- cuando las cosas se ponen difíciles. Los síntomas prometen y España ya figura en las quinielas para ganar el título junto a Holanda y Portugal. El miércoles toca Grecia y el de Hortaleza sopesará la posibilidad de dar descanso a algunos titulares para reservarlos de cara a los cuartos. Sería una buena oportunidad para los menos habituales, que piden a gritos un poco de protagonismo. Es primera del grupo. Salga quien salga, en el estadio de Salzburgo verán un estilo. El estilo de España.

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