Más de un millar de aficionados en el entrenamiento Granero potenciará la línea defensiva

La temperatura futbolística va subiendo en Ponferrada a medida que se acerca el compromiso de esta tarde. La gente quiere ver otra vez a la Deportiva en Segunda División y no ve la hora de que llegue el partido definitivo. Las horas pasan lentas porque hay muchas ganas de tomarse la revancha de lo sucedido hace una semana en el Rico Pérez de Alicante. Tanto es así que ayer hubo más de mil espectadores en el entrenamiento que la Deportiva realizó en El Toralín. Viendo los exteriores del estadio, parecía que se trataba de una jornada de partido oficial. Y todo porque allí confluyeron cientos de aficionados que esperaban hacerse con una de las últimas entradas que aún quedaban a la venta. Fue visto y no visto. El papel se evaporó y este domingo se venderán dos centenares para acabar con las existencias. El caso es que la afición aprovechó que el entrenamiento de los ponferradinos, que se celebraba a puerta cerrada, estaba tocando a su fin. David Amaral cumplió su palabra y abrió las puertas del estadio en el último cuarto de hora de la sesión, un tiempo suficiente como para que los jugadores sintieran el calor de sus incondicionales y el público se quedara más tranquilo después de comprobar que sus héroes tienen las baterías cargadas a veinticuatro horas de la gesta que se avecina. Las ovaciones fueron constantes hasta que los jugadores se fueron retirando a vestuarios. Ahí llegó la explosión porque los blanquiazules iban lanzando sus camisetas a la grada en medio de escenas de júbilo e incluso de cierta histeria en aquellos receptores de tan preciados botines. Hay feeling entre la grada y el equipo y esa es la mejor noticia para lo que se avecina en apenas unas horas. Sólo falta rematar la faena entre todos porque lo de esta tarde parece claro que debe ser una tarea común entre el público y los jugadores. Qué distintas eran las expresiones en los rostros de los aficionados con relación a las de hace una semana en los exteriores del Rico Pérez. Entonces se veía el futuro muy negro, pero a medida que han ido pasando los días, se ha producido un convencimiento generalizado de toda la afición que deriva en estas demostraciones de afecto hacia los jugadores, como las que se pudieron presenciar ayer en El Toralín. No cabe duda de que la Deportiva tiene una de las mejores aficiones de España y se merece más que nadie la Segunda División. Si el Alicante ya era de por sí un equipo difícil a la hora de hacerles goles, esta tarde reforzarán todavía más su sistema de contención para tratar de frenar las previsibles acometidas de los blanquiazules. No hay dudas sobre la presencia de Unanua bajo los palos, aunque es probable que Granero dé entrada al gigantesco Urbano como central para plantarle cara a Óscar de Paula en el juego aéreo. Eso llevaría a Germán al lateral diestro en lugar de David Malo, que se quedaría inicialmente en el banquillo. Ricardo Cavas sería el otro central y Catalá también repetiría en el lateral zurdo. También se verá reforzada la línea medular en el aspecto de contención. En la ida se encontraba sancionado Alan, que previsiblemente hoy se alineará junto al capitán Tito en el medio centro. Por delante de ambos estará Azkoitia, que también se distingue por la fuerza que aporta en la zona ancha. Cañadas y Luis Gil serán los propietarios de ambos carriles y sólo el pequeño y habilidoso delantero Capi quedará en vanguardia para explotar la opción del contragolpe.