Las botas de Ballack permiten a Alemania acceder a cuartos (0-1)

Con discreción, disciplina y oficio, Alemania superó el trámite de Austria y sacó el visado para los cuartos de final. Los germanos no ofrecieron nada nuevo, el mismo juego pesado y ramplón de los dos últimos choques, aunque bastó para liquidar a los anfitriones -Suiza también está fuera- y bajar la persiana de la Eurocopa para el país alpino. Un golazo de Ballack en la segunda mitad certificó la clasificación de una selección que, para superar a Portugal, su próximo rival, deberá mejorar sus prestaciones, subir las revoluciones en la transición y la conducción de la pelota y, además, acertar ante la portería rival. Más que un partido, el encuentro de anoche fue una cuestión de honor. Las dos selecciones se jugaban su pase a cuartos, la permanencia en la Eurocopa, pero la rivalidad histórica entre Alemania y Austria -vigente durante casi un siglo y medio, desde la guerra austro-prusiana- pedía un plus de motivación que poco tenía que ver con lo deportivo, clasificatorio, sino más bien con la sana intención de fastidiar al vecino. La división panzer, desguazada por Croacia, se plantó en el césped del Ernst Happel con la obligación moral de ganar. Le bastaba con el empate, pero la mentalidad germana no está hecha para especular. Los austríacos, valientes pero a la vez bastante cautelosos, salieron con la lección bien aprendida. Hickerberger minó la zona de contención con cinco defensores y, al mismo tiempo, apostó por tres puntas para buscar las cosquillas a la pesada pareja de centrales germana. Pero no logró el ansiado gol, algo que sí consiguió Alemania de la mano de Ballack.