Ponferradina y Cultural quedaránemparejados con rivales norteños

Los dos equipos de la provincia volverán a quedar encuadrados en un grupo compuesto por escuadras del norte de España, como sucedía en los primeros tiempos de existencia de la Segunda División B, en su formato de cuatro grupos, cuando se dividía la península en cuatro partes. En la década de los ochenta, el Grupo I de Segunda B estaba formado por equipos gallegos, asturianos, castellanos, leoneses, cántabros y vascos. Y esa es la misma fórmula por la que abogan los representantes de los cinco conjuntos de Castilla y León en la categoría, después de la comida de trabajo que ayer mantuvieron en Valladolid con el presidente de la Federación Territorial, Marcelino Alonso Maté, que es también el presidente de la comisión de clubes de Segunda División B. En tierras pucelanas se citaron los máximos mandatarios de la Cultural, la Ponferradina, el Zamora, el Valladolid B y el Guijuelo, que son los cinco únicos supervivientes de la comunidad de Castilla y León dentro de la categoría de bronce, tras la «pérdida» del Burgos y el Palencia, que se fueron a Tercera División. La opinión de los representantes de estos cinco equipos es que lo más conveniente para el interés de sus conjuntos, ya sea por aspecto deportivo o bien por razones económicas, sería la de permanecer en un reparto similar al de la temporada anterior, sólo que con el cambio de equipos castellano-manchegos, navarros y aragoneses, por los representantes de la vecina Galicia. De este modo, el grupo del año anterior pierde a conjuntos como el Guadalajara, Conquense, Logroñés, Osasuna B y Huesca (además de los descendidos Peña Sport, Burgos, Palencia y CD Logroñés, entrando en su lugar Pontevedra, Racing de Ferrol, Celta B, Deportivo B, Ciudad de Santiago y Lugo. La verdad es que en ningún otro grupo de los cuatro que integran la Segunda División B resulta tan sencillo buscar a sus veinte integrantes, con tanta coherencia geográfica. No ocurre lo mismo, desgraciadamente, en el resto de los casos, en los que casi siempre alguien sale perjudicado por tener que integrarse separado de otros conjuntos de su propia comunidad autónoma o bien separado de algunas otras escuadras que se encuentran mucho más cercanas en distancia, pero estas son las cosas que tiene una categoría tan absolutamente dislocada, en todos los órdenes, como es la Segunda B. El caso es que dentro de los cinco equipos que representan a Castilla y León no todos acudían con la misma idea a la reunión que convocó ayer el presidente Maté. La Cultural, por ejemplo, perseguía una composición de su grupo con equipos gallegos, madrileños y canarios. Como quiera que el resto de los representantes de los cinco clubes de Castilla y León tenían «pocas ganas» de tener que viajar a Canarias, con todos los problemas propios de los desplazamientos, los horarios matinales para jugar incluso en campo propio para que los rivales puedan coger el avión, además de las altas temperaturas, etc, pues al final se fue por otro camino. Tampoco la idea de jugar con los madrileños era apetecida por estos dirigentes, ya que el potencial de sus representantes suele ser bastante alto y los horarios matinales tampoco convecen a los castellanos y a los leoneses. Se tomó una decisión que parece coherente en todos los sentidos. En una semana se sabrá si esto va adelante.