Fútbol | Eurocopa 2008 Análisis | El rival de España
Serenísima Italia Luis manda un recadito a Sergio Ramos
Los rivales de España velan armas en Viena con tranquilidad casi insultante y plena confianza, aunque comparan a la Selección con Holanda y están muy atentos a Villa y Torres
C ual alteza monegasca, Italia vela armas serenísima. El duelo a vida o muerte es el domingo en Viena contra España. En las vísperas austríacas, se percibe en su entorno una sensación de tranquilidad contagiosa, de confianza casi insultante. Es el nirvana del resucitado, la tranquilidad de ánimo de quien ha regresado del más allá, de estar a dos dedos -los de san Buffon - de perecer de penalti ante Rumanía. A quienes respiraron esta atmósfera hace dos años en Alemania les recuerda el célebre spirito mondiale que condujo al grupo de Marcelo Lippi hasta la apoteosis de Berlín. Sólo que los campeones del mundo, ayunos de arrogancia y empachados de autoestima, están ahora embarcados en la misma aventura de la rehabilitación y la supervivencia con Roberto Donadoni, más ex jugador camarada que técnico mandón. Hasta algunos, como Camoranesi o Del Piero, juegan a golf con él en un club cercano a Baden, su cuartel general. Ni siquiera reina el bullicio entre el medio millar de aficionados que reciben las primicias del verano en el graderío del Suedstadt, sede del Admira Wacker, un club de la periferia de Viena. Unas amables azafatas reparten banderines tricolores, con el formato reglamentario para llevarlas en el coche sin ser multado, y la chiquillada sólo las agita cuando alguna cámara la enfoca en busca de ambiente. Una bronca entre dos periodistas italianos, más gestual por tanto que otra cosa, y los tibios aplausos que arrancan las jugadas de Del Piero amenizan esta nueva mañana del renacimiento italiano. La hora y media de entrenamiento se consume en ejercicios sin balón para quienes se regeneraron ante Francia y en enfrentamientos a uno, dos y cinco entre los restantes, que también practican la velocidad y los cambios de ritmo. Ninguna pista brinda la sesión sobre la obligada remodelación de la medular debido a las ausencias por sanción ante España de los milanistas Pirlo y Gatusso. España, «similar a Holanda» Massimo Ambrosini, uno de los candidatos a cubrir las bajas junto a Alberto Aquilani, comparece después de la ducha ante los reporteros. «Por la forma de jugar, España es un equipo similar a Holanda», asiente al comentario de un colega italiano. «Tiene un óptimo control del balón con jugadores que son muy habilidosos en el pase en corto. Nuestra misión será estar atentos para tratar de castigarles robándoles la pelota cuando tengan muchos jugadores en nuestro campo», confiesa inconsciente de que hay oídos indiscretos. La revancha por la eliminación española del Mundial de Estados Unidos 94, cuando Tasotti le partió la nariz a Luis Enrique, es un referente extemporáneo para los italianos. Si de vendettas se trata, Ambrosini tiene todavía clavada la espina de la derrota ante España en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. «Nos mandaron a casa a Pirlo, Zambrota, Buffon... Eran Xavi, Puyol...», recuerda como si fuera ayer. Fabio Cannavaro se acerca luego a contar que Casillas no le ha respondido al sms que le ha enviado. «Me da mucha pena no jugar contra un gran equipo con jugadores que conoces y con los que te entrenas todos los días como Iker o Sergio Ramos», lamenta el capitán azzurro , lesionado nada más pisar césped austríaco antes de arrancar la competición. Al central del Madrid le gusta mucho David Villa, «muy bueno en el uno contra uno». «Con Fernando Torres te hacen daño cuando tienen espacio en profundidad. Hay que estar concentrado y marcarles encima», aconseja antes de apelar al recetario de la casa: «Más que la posesión de la pelota lo fundamental será meter goles». Fi nalizado el entrenamiento de recuperación en Neustift, Luis Aragonés se tumbó en el césped junto a Sergio Ramos para mantener una charla. Parecían relajados, pero, en realidad, el seleccionador enseñó al lateral del Real Madrid algunos «códigos del fútbol», el eufemismo que emplea siempre para no reconocer públicamente los toques de atención que da a algunos jugadores cuando no le gustan determinados comportamientos. Lo hizo con Fernando Torres por su desplante tras la sustitución ante Rusia y ahora le ha tocado al sevillano, «que a veces hace alguna cosita que no debe pero no en el campo». Ramos sugirió que habían comenzado a incomodarle las referencias del técnico sobre su tendencia natural a sumarse al ataque. «Yo sólo le doy algunos consejos», dijo Aragonés. Pero al futbolista blanco no han debido convencerle estas manifestaciones y el seleccionador vino a decirle que, si hay algún problema, que se lo transmita a él directamente. ara quitar hierro, dijo: «Pero no tiene importancia. Va a estar en el camino y es una gran persona».