Fútbol | Eurocopa 2008 IKER CASILLAS FERNANDO TORRES OPINIÓN
Exhibición en Viena
ESPAÑA ya está en la final. Con una justa victoria, con una exhibición de buen juego en el Ernst Happel de Viena. La selección de Luis Aragonés regresa a lo más alto, a un peldaño que casi se nos había olvidado. Y se ha colado ahí gracias a su calidad, a su capacidad para plasmar un fútbol perfecto sobre el césped. Pero el encuentro de ayer arrancó igualado. Con Guus Hiddink a la cabeza, Rusia ya había aprendido la lección tras la goleada sufrida en el primer partido. Sabía cómo tenía que hacer frente a España y lo hizo. Se afanó en quitarle el balón. Y lo consiguió, como demostraron las estadísticas de la posesión. El esférico estuvo muy repartido. Además, los defensas rusos se mostraron muy atentos. En cierta medida, Torres, Silva y el resto no pudieron explotar su principal arma: la velocidad. Pero todo varió con la lesión de Villa y la entrada de Cesc Fábregas. Luis Aragonés colocó más hombres en el centro del campo, con gran capacidad para tocar el balón. Además, cambió de banda a Silva e Iniesta. El juego de España, de esta manera, mejoró. Empezó a controlar el partido, una semifinal que no se nos podía escapar. Y no se escapó a pesar de que Pavlyuchenko estuvo a punto de adelantar a los rusos.