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Fútbol | Eurocopa 2008

León se vuelve «Roja»

Miles de leoneses llenan la plaza de Santo Domingo para celebrar la victoria de la Selección, que jugará el domingo la final con Alemania

Publicado por
Susana Vergara Pedreira - león
León

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S erá, como dicen, que el fútbol no tiene sentido y la vida sin él, tampoco. Será que eso, precisamente, lo explica todo. Lo máximo y el vacío. La depresión y el delirio. Ayer tocó esto último. Tiene suerte la Selección: pertenece a un país de débil memoria. Los malos augurios son ahora cosa del pasado. Y el seleccionador, que iba camino del cadalso hace menos de quince días, ha pasado de no tener ni idea a ser un gran estratega. Será cosa del fútbol. Y de la vida. León ayer, como el resto del país, perdió el sentido y se volvió Roja . Lo hizo por la Roja . Gritó, lloró y se abrazó por una bandera que une sobre todo (o solo) el fútbol (o eso parece) y tarareó el himno sin letra más cantado del mundo. Tiro riro tatiroriro riro riro ri ro riiii tariroriroriii. León esperó con la respiración contenida toda la tarde. Tanta tensión había en el ambiente que se confundía con el amago de tormenta, que iba y venía. Pero las nubes que amenazaron con descargar rayos y truenos debieron trasladarse directamente a Viena y el agua de lluvia empapó a los jugadores de España (¡España!, qué grande sonó ayer) y se fundió con su sudor. El mismo que corría por las camisetas de los aficionados leoneses en todos los bares y terrazas de la ciudad. Y no porque no hiciera calor, que lo hacía, sino porque se iba el sol y no llegaba el gol. «¡Que se prepare Alemania!». Eso, con el primer tanto. «¡Con un par de... teutones!». Eso con el segundo. «¡Podemos... Podemos... y queremos!». Eso con el tercero. Qué importa si, como dicen, el fútbol es algo que juegan once para que lo gane siempre Alemania. Eso se verá el domingo. Rozando la medianoche, otra agua, la de la fuente de Santo Domingo, inundó la ciudad de tierra adentro. Los leoneses, por miles, tomaron el centro mismo de la urbe para asistir a la gran celebración. Porque no hay fiesta si uno está solo. No tiene sentido. Como el fútbol. Como la vida sin él.