Seleccionador nacional
«Yo sería culpable si no hubiera hecho algo grande este equipo»
A sus 70 años está en forma. De no estarlo no hubiera soportado tanto ajetreo. Del manteo a la emoción de su última comparecencia ante la prensa, la cena con sus jugadores, una larga noche en vela y el viaje de vuelta. La final la jugó tan intensamente como la semifinal. O más. Siempre de pie. Si no hizo mil viajes del banquillo a la línea de la zona técnica no hizo ninguno. Después llegó todo lo que se vio por televisión y lo que no se vio en la intimidad del vestuario y luego en el hotel de Neufsting. Luis se emocionó. Y mucho. Sobre todo con sus jugadores. Es evidente que entre ellos ha crecido una complicidad imperecedera. El jueves tiene pensado salir para Estambul. - Los jugadores darían dinero para que siguiera, ¿es consciente? - Bueno... Los jugadores son los artífices de todo lo que hemos logrado. Lo han ganado ellos. Yo les dije un día que si con este equipo no se conseguía algo importante el único culpable hubiera sido yo por no haber sabido gestionarles. Hubiera sido un mal entrenador. Hace semanas, cuando les decía que podíamos ganar la Eurocopa, se reían, creían que era para animarles, pero se fueron convenciendo ellos solos. Yo no tengo ningún mérito... - Alguno tendrá, el principal hacer de un equipo con poco carácter e inseguro uno fuerte, solidario y convencido de sus posibilidades. - Ya, pero eso han sido ellos. Yo les hablo, les digo, pero si ellos no se convencen no hay nada que hacer. Todos se han sentido importantes, ese es el gran triunfo. Aquí el que sale hace lo que tiene que hacer y suma para el grupo. La competitividad la tenían ellos dentro de sí y a lo mejor no lo sabían. Yo cuando era jugador era muy competitivo, siempre quería ganar. También como entrenador. Yo les he dicho cosas, pero si no sale de ellos, no hubiera habido nada que hacer. - Además de un equipo campeón deja un equipo hecho, competitivo, joven, con futuro... - Sí, el equipo es joven, es algo que siempre he comentado, cuando perdimos en el Mundial y tal... Y parecía que no se hacía caso. Nuestra media de edad era la segunda más baja de esta Eurocopa. Ellos ya saben competir. Aprendieron mucho en el Mundial y después en la fase de clasificación, donde lo pasaron muy mal porque veían que se quedaban fuera y que las críticas eran feroces. Yo soy fuerte y sé de qué va todo esto, pero ellos lo pasaron mal y aprendieron a sufrir. Ahora son mucho más maduros. Saben jugar todos los partidos. Ahí está el día de Italia, y la primera parte contra Alemania. Saben hacer lo que tienen que hacer en cada momento del partido. Hay momentos que lo enfrían, otros que meten una marcha superior... Lo hacen todo bien. Se han hecho mayores como grupo, como equipo, en dos años, pero con la edad que tienen... - Y usted se ha tomado la revancha del partido ante Francia, que le martirizaba desde entonces. - No, no se me ha olvidado ese partido. Lo tendré en la cabeza toda mi vida y ahora que he visto en la Eurocopa que ellos ya no hacen las cosas como aquel día, más. Hoy no nos hubieran empatado con aquella contra. Hoy el equipo se hubiera echado atrás, no se hubiera ido a machacar de la forma que lo hizo. Yo digo que me faltó hacer algo desde el banquillo. No sé, una seña, un gesto, un grito... Ya lo vimos en la final y en la semifinal. Ahora si el equipo se pone ganando es difícil que le hagan un gol. No nos han hecho uno en los tres últimos encuentros. - ¿Puede explicar lo de los cambios de dos en dos, aun a riesgo de quedarse sin ninguno con muchos minutos por delante? - En el fútbol hay que tomar riesgos y yo siempre los he tomado. En semifinales había que dar descanso a Xavi y con dos medios centro controlabas mejor. Lo mismo pasaba en la final, pero quité a Cesc... Yo tenía la seguridad de que no iba a haber lesiones... - Pero eso no se puede saber. Mire el caso de Villa. - No, pero el asunto de Villa fue por otra cosa. Yo sabía que el equipo físicamente estaba bien porque hemos trabajado muy bien en esa parcela. Cuando se está bien el riesgo de lesiones es menor. Cuando tengo en la cabeza una idea del cambio no me pongo a pensar que se puede lesionar alguien, sino lo que va a aportar el que entra, cómo va a mejorar al equipo. - ¿Le da pena marcharse? - El otro día le dije a usted que tenía la sensación de que la Federación no ha hecho mucho por retenerme. Yo puedo haber dicho que me iba, lo dije. Públicamente y al presidente en una reunión con Hierro. Es más, le dije que me echara en aquel momento, que era el mes de marzo, porque yo veía que no contaban conmigo. El problema que yo puedo tener es que si estoy en un puesto, mando. En la selección mandaba Luis porque para eso era el seleccionador. No mandaban ni los jugadores ni nadie más. Y se hacían las cosas como yo decía, no como podían querer los demás. - Lo de Turquía, perdóneme, me parece una locura... - ¿Por qué? Es fútbol. Es una oferta interesante, que económicamente no se puede rechazar. Sé que voy a un gran club, con una afición caliente, pero en todos los sitios es igual. Si ganas, todo bien; si pierdes, mal. No será peor allí que en otro sitio. Yo estoy fuerte y mientras esté fuerte y tenga ofertas, entrenaré. Es mi trabajo. Mi familia me ha apoyado para correr esta aventura.