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| Entrevista | Leire Iglesias |

«A las seis de la mañana todo el pueblo estaba en el bar para verme competir»

Valporquero de Rueda madrugó para ver cómo Leire Iglesias acariciaba la medalla de bronce en Pekín. Ahora, con perspectiva, la judoca está muy orgullosa de su diploma

Publicado por
E. Muñiz - valporquero de rueda
León

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Es una deportista y, como tal, en su mente sólo hay una idea: ganar. Es por eso por lo que, cuando se quedó a las puertas del bronce en los pasados Juegos, no pudo evitar sentir cierta frustración pese a que no era esa su aspiración inicial. Ahora ya valora en su justa medida el diploma obtenido y lo comparte con todos sus vecinos, que ya la animaban desde que tumbaba a «El Divino» en los corros de lucha. -¿Cuándo llegó de Pekín? -Llegué el 21 con la primera delegación de atletas y el martes vine a Valporquero. No estuve en la ceremonia de clausura porque me tocó regresar en ese grupo, pero de todos modos ya quería volver a casa, comer bien y ver a mi gente. -Su gente está revolucionada desde que fue a Pekín... -Sí, ya estaban como locos cuando mi hermano y yo competíamos en lucha leonesa. Con 14 años fui campeona en categoría infantil.¡De pequeña yo ganaba a Héctor «El Divino»! -No muchos pueden decir eso hoy en día... -Lo se, es muy bueno, ahora en un combate yo no tendría opciones, pero con 14 años le solía ganar. -Volviendo a Pekín, ¿Es verdad que estuvo todo su pueblo en vilo para verla competir? -Les hice madrugar, sí, a las 6 de la mañana estaban todos en el bar para verme competir con chocolate con churros, tortilla de patata... de todo, creo que se armó una buena. La verdad es que todos se volcaron conmigo, incluso gente que ni me imaginaba acabó llorando cuando perdí. -Usted también se llevó un chasco al verse tan cerca de la medalla... -Sí, me dio mucha pena. Para mí ir a Pekín ya era un premio, y antes de empezar hubiese firmado un diploma, pero cuando empecé a combatir ya sólo pensaba en ganar, y al verme tan cerca de la medalla me quede con las ganas. Ahora con el tiempo veo que tengo un diploma olímpico y estoy muy orgullosa. -No partía entre las favoritas. ¿Cuándo empezó a creer que podía llegar a las medallas? -Cuando empecé a luchar. Vi que era mi día. Me encontraba muy a gusto y empecé a pasar combates, y en este deporte importa mucho el día que tengas, puedes ganar o perder contra todos dependiendo como estés. Yo ese día estaba muy bien hasta el último combate. Lo he visto en vídeo y se me nota cansada, ya no estoy con la garra de los anteriores. -Su papel fue muy bueno respecto a las expectativas iniciales, pero el del judo no tanto. ¿Qué pasó? -Hemos ido seis deportistas y traemos tres diplomas. Se le da mucho bombo a algunos que tienen posibilidades de medalla, pero luego es difícil. Han perdido muchos campeones en estos Juegos. -Ha dicho que ir a Pekín era ya un premio. ¿Lo fue realmente la experiencia? -Por supuesto. Son mis primeros Juegos y quién sabe si los últimos, así que lo disfrute al máximo. El ambiente que hay, estás con todos los deportistas que ves en la tele y tú eres uno más... te sientes importante y el ambiente es muy bueno. -¿Con quién hizo buenas migas? -Con muchos. Marta Domínguez, por ejemplo, es una tía genial, y los de balonmano eran la bomba, muy divertidos. Los de baloncesto estaban en el otro bloque, pero creo que también eran muy divertidos. -¿Es verdad que los españoles se hacían oír cada vez que se lograba una medalla? -Sí, es que eramos un equipo, cada vez que ganaba uno nos alegrábamos todos. Cuando ganó Samuel Sánchez había una pancarta en el pasillo con felicitaciones de todos, o cuando ganaban un partido los de balonmano o baloncesto salíamos a las ventanas a chillar... es un ambiente estupendo. -­­¿En que va a competir Leire Iglesias en el futuro? -No lo sé, porque aquí hay que clasificarse para todo. Para todos los campeonatos hay que ganarse una plaza. Por ejemplo, en mi peso hay otra judoca muy buena, a los Juegos fui yo porque estuve un poco mejor. Pero no cabe duda que estoy muy motivada tras lo de Pekín. Y los próximos Juegos están muy lejos, pero la gente dice que te pones a competir y cuando te das cuenta han pasado cuatro años. A ver qué tal.