España se concentra dolorida

Cien días después de coronarse campeona de Europa en Viena, España inició ayer entre algodones la concentración previa a los próximos partidos en Estonia y Bélgica, de clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010. Media docena de jugadores doloridos en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas demuestran que seis jornadas de Liga, dos de Champions y Uefa, y dos partidos oficiales de selección en poco más de un mes pasan factura. Es la ley del fútbol, del recargado calendario, de los golpes, de los viajes y de los clásicos problemas musculares derivados de los movimientos explosivos, de la mala preparación o de la falta de recuperación. Por fortuna para Del Bosque, casi todos parecen recuperables para el choque del sábado en Tallín. El sevillista Capel, un extremo discutido por la crítica pero indiscutible para el seleccionador, es el caso que más preocupa a los facultativos. Arrastra una lesión en el aductor mediano que sufrió hace diez días, apenas pudo completar media sesión matinal y no compareció por la tarde. «Siento bastante dolor», se quejó el almeriense cuando salía por la zona mixta, camino del hospital, de la resonancia magnética nuclear. El primer susto serio de la jornada lo protagonizó el asturiano Santi Cazorla. Durante el primer ensayo dispuesto por Del Bosque, el centrocampista del Villarreal chocó contra Reina en la disputa de un balón y se dañó su pierna izquierda. Tuvo que ser asistido sobre el césped, se retiró cojeando y salió del vestuario con un fuerte vendaje. No precisó pruebas médicas complementarias y pudo ejercitarse por la tarde. Los contratiempos no terminaron ahí. Puyol e Iniesta no se ejercitaron por la mañana, en ambos casos por precaución, y Albiol lo hizo al margen del grupo y a menor ritmo por ese pinchazo muscular que sufrió en el choque europeo de la semana pasada ante el Marítimo de Funchal y que en principio hizo temer por una microrrotura de fibras. El central valencianista se presentó en la concentración con un informe de su club en el que se detallaba su dolencia. Según el extenso parte médico, Puyol padece una infección entre los dedos anular y meñique de su pie izquierdo que le molestaba y desaconsejaba comenzar el trabajo a tope de intensidad. Con el choque ante los estonios todavía a cuatro días vista, mejor prevenir que curar, pensaron los doctores de la selección. Sin ser grave, lo de Iniesta es algo más inquietante, ya que se trata de unas molestias de rodilla (capsulitis posterior). Pese a las secuelas de una gastroenteritis, sí pudo completar todo el trabajo Marchena, que regresaba al combinado nacional tras perderse por lesión los choques ante Bosnia Herzegovina y Armenia. Torres contra Casillas Dolencias al margen, la actualidad quedó marcada por los comentarios sobre la inclusión de Fernando Torres y de Iker Casillas entre los candidatos al Balón de Oro y/o Fifa World Player . Ninguna selección del mundo puede presumir de tener a dos postulantes a mejor jugador universal y eso sin incluir a Xavi, que no figura en las listas de favoritos pese a ser elegido por la Uefa el mejor de la Eurocopa. «Ni me lo planteo. Soy así. No es cuestión de humildad pero no me merezco el premio. Siempre he dicho que soy un jugador colectivo, que dependo del equipo y de los compañeros. Sin ellos no soy nadie», ha manifestado en las últimas horas el centrocampista azulgrana, quien considera a Cristiano Ronaldo y Messi más capacitados para la distinción porque son más individualistas y pueden decidir un partido por ellos mismos. Si Xavi confía en que el galardón recaiga en algún compañero campeón de Europa, Sergio Ramos va un poco más allá. Al principio trata de ser diplomático, pero al final hace un guiño en favor de Casillas. «Fernando y él son grandes, cada uno en su puesto, y me alegraría por ambos, pero sobre todo por Iker, que está en mi equipo», subrayó el sevillano. Para evitar, sin embargo, que se hable más de asuntos externos que de los compromisos de la selección, Ramos dio un golpe en la mesa y alertó sobre la necesidad de concentrarse al máximo y ganar tanto en Tallín como en Bruselas para no repetir viejos errores que, por ejemplo, obligaron a disputar las repescas previas a la Eurocopa de Portugal, con Iñaki Sáez, y del Mundial de Alemania, con Luis Aragonés.