Alonso reivindica con otro triunfo su casta de campeón

«Preparaos, que gano»». Con esa frase concluyó Fernando Alonso su primera vuelta al circuito de Fuji. El español lo tenía ya claro desde el sábado. «Si hay un poco de lío en la primera curva y paso entre los primeros puedo ganar». Y así fue. El asturiano logró ayer su segunda victoria consecutiva en el Mundial. Pero esta fue mucho más real que la de Singapur, donde concurrieron circunstancias que le favorecieron. A las faldas del monte Fuji, Alonso fue siempre de los más rápidos en carrera, y cuando había que apretar lo hizo, marcando la vuelta rápida y buscando distanciar a Robert Kubica al máximo. Es decir, que logró la victoria corriendo, sin atenuantes que hagan que su 21º triunfo en el Mundial pierda valor. El R28 ha mejorado mucho, especialmente en aerodinámica, y eso se nota en esta fase de la temporada. Alonso puede ser el árbitro en un Mundial en el que parece que Hamilton y Massa, quiere la victoria. Los dos grandes rivales por la lucha d el título Mundial de pilotos, Hamilton y Massa, tuvieron una carrera para olvidar, aunque el brasileño de Ferrari, gracias a la injusta sanción a Sebastien Bourdais, pudo sumar un punto más que el único que le correspondía por su octavo puesto, finalizando séptimo. Hamilton, que terminó 12º, sufrió una penalización de drive through por sacar de la pista a Raikkonen en la salida. Por su parte, Massa también fue penalizado por empujar a Hamilton y obligarle a que hiciera un trompo. La victoria de Alonso esta vez sí que fue ganada a pulso. La salida fue el momento clave en la carrera, como había pronosticado Alonso el sábado. El ovetense sabía que ahí tenía que jugarse una baza importante, aunque tenía por delante a tres grandes: Hamilton, Raikkonen y Kovalainen. Nadie pensaría que los tres fallaran. Con este panorama, Kubica aprovechó la ocasión y se colocó primero seguido por Alonso. La carrera se presentaba con un orden inesperado y ahí fue donde el español empezó a labrar su táctica, que fue del todo acertada. La lucha se centró entonces entre Kubica, Alonso y Raikkonen. El polaco entró a cambiar sus neumáticos y Alonso lo hizo una vuelta después, y fue ahí donde el asturiano labró su victoria. Su parada fue más corta y salió delante de él a la pista, posición que ya no perdió hasta el banderazo final.