Fútbol | Mundial 2010
El peligro de los egos
Aunque Del Bosque asegura que son buenos chicos y Torres y Casillas dicen ser amigos, inquieta que su ambición personal lastre al grupo
Aunque Del Bosque dice estar convencido de que sus internacionales «son buenos chicos» y no habrá problemas de convivencia, existe cierta inquietud en el seno de la selección, y en su entorno, por el hecho de que las lógicas ambiciones personales pudieran estropear el extraordinario compañerismo del grupo. Premios individuales como el Balón de Oro hacen que pueda destaparse la caja de los egos, un mal que a medio o largo plazo afecta a casi todos los equipos campeones. Torres no lo dudó un instante. Terminado el partido ante Estonia, se detuvo una y otra vez en la zona mixta del estadio para desmentir sus declaraciones publicadas en 'L'Equipe', donde supuestamente denunciaba una campaña mediática en favor de Iker Casillas para ese galardón. «Todos somos compañeros y amigos. Sólo dije que todos nos merecemos el mismo trato. Parece que se pretende enturbiar el ambiente cuando debemos disfrutar por tener en el equipo a tres candidatos a mejor jugador del mundo», subrayó El Niño. Pese al clásico desmentido, personas muy próximas al entorno del ariete del Liverpool han reconocido sotto voce estar molestas por esa corriente favorable a Iker. El portero, consumado especialista en no meterse en líos, bromeaba en Tallín. «Todavía no nos hemos pegado», ironizaba al salir del estadio. Más en serio, aseguraba haber hablado con Torres y no tener problema alguno con el ex rojiblanco. Es un tema que incomoda. Villa, máximo goleador de la Eurocopa, ponía mala cara cuando en la víspera del duelo ante los estonios se le preguntaba por su favorito. El delantero valencianista corroboraba la opinión de Xavi, quien siempre ha dicho que el fútbol es un deporte colectivo en el que los éxitos individuales son secundarios. Cuando la Uefa le nombró mejor jugador de la Eurocopa, Xavi ya dijo que todo se lo debía al equipo, que sin sus compañeros no sería nadie. Le ilusiona, como a todos, la posibilidad de ser 'Balón de Oro', pero tiene muy próxima la nefasta experiencia del Barça y no quiere que ni por asomo se repita. Rijkaard manejaba al grupo hasta que llegó la Copa de Europa de 2006 y la situación se torció. Ronaldinho, Etoo, las vanidades, y dos años de castigo sin títulos. Del Bosque, acostumbrado a lidiar con galácticos como Ronaldo, cree que los celos que pudieran darse en la selección son cosa de niños. Por si acaso, también frunce el ceño al hablar del Balón de Oro. «Soy un descreído en este asunto. Las valoraciones son subjetivas. Roberto Carlos fue la leche y nunca le premiaron», subrayó antes de enfrentarse a Estonia. El precio de la fama, el del campeón, conlleva siempre estas cosas.