El Milan ficha al mediático Beckham
Los rossoneri confían en el tirón del medio centro inglés para paliar su crisis
E l Milan mueve ficha para remediar los problemas financieros que le acechan. En tiempos de crisis económica, con las bolsas desplomadas, los patrocinadores no garantizan su continuidad en el plano deportivo y hay que manejar todas las posibilidades que puedan aportar rentabilidad a las arcas por muy extravagantes que parezcan. El conjunto italiano tiene claro qué hacer: fichar a David Beckham aunque sea cedido y por unos meses. Saben que el futbolista más mediático y conocido en todo el planeta es capaz de generar cuantiosos ingresos sólo por marketing. El riesgo es que el inglés tiene 33 años y no es el mismo que abandonó el Real Madrid en 2007 como gran valedor del título de Liga conseguido esa campaña. Pero el inigualable ritmo para vender camisetas con su nombre a la espalda compensa cualquier duda deportiva. «El fútbol hoy en día no es sólo técnica y táctica, también son estadios llenos, audiencia y patrocinadores», declaró el vicepresidente milanista, Adriano Galliani, convencido de los beneficios que el mediocentro aportará a la entidad. «Los estadios se llenan sólo con las estrellas más importantes del mundo. Sin duda es mucho más probable que Beckham traiga un hincha más que un hincha menos al club», añadió. El gran activo del jugador es el mercado asiático, donde goza de un gran prestigio. El fervor por el fútbol que en los últimos años se desató por esas latitudes favorece la venta de todo tipo de suvenir relacionados con el balompié y más si llevan el rostro del británico. Aunque los contratos publicitarios ya no le llueven como antaño, quien tuvo retuvo, y el tirón del ex madridista en Asia es evidente. Este detalle no se le escapo en su día a Florentino Pérez, que consiguió la cesión del 50% de los derechos de imagen del jugador que se calculaban en unos 12 millones de euros anuales. Beckham se suma a una lista de 'viejas glorias' que el conjunto 'rosonero' ha reunido en su vestuario. Ronaldinho y Shevchenko, unidos a veteranos como Seedorf, Emerson o Maldini, han cuestionado la política de fichajes del equipo de Berlusconi.