El Madrid tiene «plena confianza» en Schuster... hasta el sábado
Mijatovic pide calma, asegura que la plantilla blanca es de las mejores de Europa, promete uno o dos fichajes invernales y garantiza que el equipo logrará algún título esta temporada Ex
El Real Madrid tiene «plena confianza» en Bernd Schuster y está «muy contento con su trabajo», según proclamó ayer a bombo y platillo el director deportivo del club, Pedja Mijatovic, pero sólo ante el próximo sábado. Si el Recreativo agudiza la crisis blanca y los pañuelos y abucheos se dirigen hacia el palco para pedir la cabeza del presidente Ramón Calderón, el técnico alemán será destituido de forma fulminante, por más que el ejecutivo montenegrino prometa que ni por asomo se ha manejado la posibilidad de contratar a otro entrenador. Mijatovic trató de poner al mal tiempo buena cara y se presentó sonriente en la conferencia de prensa que ofreció en el Santiago Bernabéu para analizar la situación deportiva tras la eliminación copera ante el Real Unión de Irún y la posterior derrota liguera en Valladolid. Lo negó todo, vendió «tranquilidad» y «optimismo» y se mostró convencido de que esta «amplia plantilla», «una de las mejores de Europa a su juicio», ganará algún título al final de temporada. Lamentó la grave lesión de Van Nistelrooy y el síncope sufrido por De la Red en Irún, del que todavía se esperan los resultados de los exhaustivos exámenes médicos, y, sin dar pistas porque las negociaciones no son fáciles, prometió uno o dos fichajes ofensivos en el mercado invernal. Aseguró el montenegrino que mantiene una relación «muy buena» con Schuster, con quien dice que despacha a menudo, garantizó que el club no ha trabajado en el finiquito del germano, negó también que exigieran al entrenador programar un entrenamiento voluntario tras caer en Pucela y dejó sentado que «Raúl nunca ha sido, es, ni será un problema en el vestuario, sino un grandísimo jugador y capitán, un ídolo que está muy tranquilo y tiene mucha confianza en sí mismo». Por supuesto, también rechazó de plano la teoría de que el Madrid decidirá sobre su entrenador en función de lo que sea más conveniente para proteger al presidente. «¡Aquí jamás hemos decidido una cosa para tapar otra!», espetó en tono desafiante. «Es normal que la gente se ponga nerviosa con los malos resultados, pero la situación no es tan dramática como la que exponen los medios de comunicación», insistió el balcánico, empeñado en hablar más del pasado que del futuro. Recordó que desde su llegada, hace 28 meses, el club ha ganado dos Ligas y una Supercopa de España y puso fin así a tres años de sequía florentiniana que «sí constituía un problema para todos». «Ahora estamos vivos y no podemos perder la cabeza», enfatizó. Despido en toda regla «¿Qué hubiera pasado si el año pasado nos hubiera ocurrido lo mismo que a nuestro gran rival (por el Barcelona?», se preguntó con ironía Mijatovic antes de remarcar que Schuster tiene el mismo crédito que a principio de temporada. Sin embargo, cuando se le preguntó qué ocurriría si el Madrid pincha ante el Recre, el director deportivo se fue por la tangente. «No me planteo esa opción porque soy optimista por naturaleza», subrayó. Tras insistirle en esa posibilidad, se confesó entre líneas. «Habría que analizarlo y después tomar una decisión. Aquí nunca hemos tenido miedo de adoptar determinaciones difíciles». En castellano llano, del pueblo, un despido en toda regla. Se detuvo algo más Mijatovic a la hora de explicar lo qué ocurrió después de perder en Valladolid. Schuster había dado dos días de descanso a la plantilla, pensaba irse directamente con su mujer a Salamanca para una fiesta familiar, pero hubo un cambio de opinión. Al final, el técnico regresó con el equipo y fijó un entrenamiento voluntario para el lunes al que no fue ni él (sólo cinco jugadores). Según Pedja, no hubo injerencias. «El entrenador tiene todo el derecho de planificar como quiera la semana de trabajo y nadie puede intervenir ni obligarle a modificar nada. Fue una decisión suya y nadie puede exigirle acudir a una sesión voluntaria. Otra cosa muy diferente sería saltarse un entrenamiento obligatorio», detalló. Y se fue con el lamento de no haber podido satisfacer las demandas de la concurrencia.