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Del paro al estrellato
Mireia Belmonte es la primera nadadora formada en España que logra un récord mundial pese a que estaba sin equipo tres semanas antes de los Campeonatos de Europa
madrid
«Récord mundial, ¡Toma ya!». Así expresó su alegría Mireia Belmonte tras parar el cronómetro en 4-™25-™-™06 en la final de los 400 metros estilos de los Campeonatos de Europa de piscina corta y convertirse en la primera plusmarquista mundial formada íntegramente en España. De esta forma, se reafirmó como la gran esperanza de la natación española y heredera por derecho propio de Nina Zhivanevskaia. El éxito le llega sólo tres semanas después de quedarse sin equipo debido a la crisis económica.
Mireia nació en Badalona hace 18 años. Nada hacía presagiar que su futuro estaría ligado a la natación, pero la naturaleza le dio el empujoncito. Con cuatro años le diagnosticaron escoliosis (pequeña desviación de la columna vertebral), por lo que los médicos le recomendaron nadar. Desde entonces nada le ha sacado del agua. A pesar de las durísimas jornadas de entrenamiento que debe compatibilizar con los estudios, no pierde la constancia ni las ganas.
Se levanta a las 7 de la mañana, y a las 7.30 ya está en la piscina del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, hasta las 10. Con el tiempo justo para secarse y apartar el cloro de los ojos empieza las clases en el instituto. Algo que se toma muy en serio porque es consciente de que la natación es un deporte donde la edad de jubilación es muy precoz. Después de comer tiene una cita de tres horas con una nueva sesión de entrenamientos. Antes de terminar el día, todavía tiene tiempo para estudiar y preparar la Selectividad. Quiere licenciarse en Empresariales.
Con la mayoría de edad recién alcanzada, ojos verdes, esbelta, guapa, con una bonita sonrisa que esconde por timidez para no enseñar un corrector dental, tiene las mismas necesidades que cualquier adolescente. Pero una agenda tan apretada que el tiempo para divertirse se ve muy reducido. «Es una vida dura porque no puedes salir con tus amigos todo lo que te gustaría, pero te acabas acostumbrando», afirma.
El «reggaeton» como estímulo
La soledad que acompaña a la badalonesa durante horas recorriendo una y otra vez las calles de la piscina puede tener su lado positivo. En épocas de exámenes repasa la materia. Si no, canta. Su preparador, Carlos Subirana, no le permite entrenar con el reproductor de música acuática. Si pudiera hacerlo, Mireia escucharía
, una música que le estimula. También le sirve para superar momentos difíciles, como cuando tuvo que abandonar a su familia en Barcelona y viajar a Madrid sola para entrenar. La experiencia no fue bien y regresó a Cataluña. O cuando recientemente tuvo que abandonar el L-™Hospitalet porque el club no podía afrontar su ficha. Tres semanas antes de comenzar los Europeos, recaló en el Sabadell.
Mireia empezó a destacar enseguida. Con 16 años se proclamó campeona de Europa júnior en los 200 m libres y 400 m estilos.
También se alzó con el triunfo en los 400 m libre y 400 estilos en los Mundiales júnior, además de poseer el récord de España de 200 y 400 estilos. Con estos precedentes acudió a los Juegos Olímpicos de Pekín con la ilusión de disputar alguna final. Sin embargo, no pudo cumplir el sueño de alcanzar la última ronda en ninguna modalidad.
Se conformó con cruzarse con su gran ídolo, Michael Phelps. La decepción de China se convirtió en éxtasis en los Europeos de Croacia que concluyeron el domingo. Ahora comparte con el estadounidense la misma agencia de representación y Nike le fabrica los bañadores como a cualquier estrella.
Lejos quedan los récords de Martín López-Zubero a principios de los 90. Una nueva generación de nadadores llega con ritmo firme y dispuesta a hacer historia. Mireia es una de sus representantes. Su objetivo es conseguir una medalla en Londres 2012: «Con la experiencia de Pekín creo que es posible. No puedo retrasarlo más porque pienso retirarme con 25 ó 26 años».