«El brillo de la plata es increíble, ahora empezamos a creérnoslo»

león

El tren de Madrid llegó a la estación de León pasadas las siete de la tarde. De él se bajó una sonriente Cristina González para abrazarse a su novio. Atrás quedaba un viaje maratoniano de más de viente horas que la llevó de la capital de Macedonia a Sofía la capital búlgara. Allí cogió un avión para llegar a primera hora de la mañana a Madrid y desde allí un tren para volver a poner los pies en León. Atrás quedaban también quince días intensísimos con un Europeo de por medio y el brillo de la plata sobre el cuello. Y es que en el Campeonato de Europa de Macedonia la selección española ha conseguido el mayor triunfo de su historia: una medalla de plata con sabor a oro.

-” ¿Cómo es el brillo de la plata al día siguiente?

-” (Se ríe) La plata brilla increíble, increíble. Todavía no nos lo creemos del todo. Empezamos a ser conscientes ahora por las muchas llamadas de la gente que nos ha visto y empezamos a abrir los ojos y a pensar que realmente lo hemos conseguido.

-” ¿Ha recibido muchas llamadas?

-” Sí, muchas. Mucha gente me ha felicitado por el subcampeonato, igual que a mis compañeras.

-” ¿Cuales fueron las primeras y las más especiales?

-” Las de mis padres y la de mi novio y las de todas las compañeras del equipo.

-” Seguro que estuvieron todas pendientes de lo que hacía en Macedonia...

-” Sí (dice sonriente) ya me han dicho que las tuve todos estos días pegadas a la televisión.

-” Y más de un día comiéndose las uñas de puros nervios.

-” Pues supongo, porque siempre se pasa peor cuando estás fuera, mirando, que cuando estás dentro.

-” ¿Qué es lo que va a hacer ahora la flamante subcampeona de Europa?

-” Lo que más me apetece ahora es meterme en casa y descansar. He estado allí encerrada quince días sin ver a la familia ni a nadie cercano y ahora tengo ganas de desconectar totalmente de balonmano. Por lo menos durante diez días.

-” Celebraríais por todo lo alto en Macedonia la medalla de plata, ¿no?

-” Pues la verdad es que no. Terminanos el partido con las noruegas el domingo y a las siete de la tarde, casi nada más acabar, ya nos fuimos al hotel a hacer las maletas. Luego nos subimos al autobús para ir a una una cena de gala que fue muy rápida. A las diez de la noche vuelta al autobús para coger el avión rumbo a Sofía y de ahí hasta Barajas. Pero hemos quedado para celebrarlo más adelante.

-” ¿Cómo es eso?

-” Le hemos dicho a la Federación que nos deben en Madrid una cena por todo lo alto con hotel y estancia incluída. Una celebración como es debido.

-” Cualquiera les niega eso ahora...

-” Hombre..., nos dijeron que por supuesto.

-” ¿Cuando pensaron en que era posible tocar metal?

-” (Se lo piensa un poco) Fue difícil. Tuvimos unos cruces muy complicados nos tocaron varios cabezas de serie, equipos muy fuertes, pero el empate con Noruega (la campeona del torneo) nos hizo creer en nuestras posibilidades. Contra Ucrania perdimos un punto importante, pero nos volvimos a enfrentar con Rumanía y ahí hicimos un partidazo. Esa victoria fue la que nos hizo frotar los ojos y decirnos: chicas que podemos meternos en la lucha por las medallas.

-” ¿Cual es su mejor recuerdo de este Europeo?

-” (No lo duda ni un segundo) El partido ante Rumanía. Jugué los sesenta minutos, me salieron bien las cosas, ganamos a las rumanas y aquel triunfo fue un paso my grande para acceder a las semifinales Ayudé al equipo a estar ahí arriba y está claro que sin haber ganado ese partido no tendríamos ahora esta medalla de plata.

-” Se las ve como un grupo muy unido.

-” Lo somos. Ha sido un mes muy intenso por estar fuera de casa tanto tiempo, pero está claro que lo que hemos conseguido lo hemos conseguido como equipo.

-” Esta es su máxima cota como deportista...

-” La mía y la de todas (comenta sin poder ocultar su satisfacción). Es la primera medalla para el balonmano femenino. Mi premio máximo, por su puesto.

-” ¿Y que le gustaría que supusiese para el deporte femenino?

-” Que se nos hiciera más caso. Hasta ahora reivindicábamos un trato más igual pero como no habíamos conseguido nada... Ahora, sin embargo es distinto. Ahora nos merecemos una mayor atención porque le hemos dado algo importante al deporte español. Ahora podemos llamar a la puerta y decir: ¡eh!, estamos aquí hacernos más caso.