Baloncesto | Liga LEB-Oro
El Begar olvida su virtud y cae ante el Tenerife
Los leoneses no pudieron con el escollo de un directo rival en un partido que tenían dominado pero que con las decisiones de los colegiados se les fue de las manos en el último cuarto
Báez intenta una canasta ante una maraña de rivales entre los que se encuentran Wachsmann y Francis
león
El Begar León dormirá estas navidades sexto en la tabla. Y lo hará tras su traspiés ante un directo rival por los puestos de ascenso, el Tenerife Rural, que a diferencia de como hace dos semanas sucediera con el líder Lucentum Alicante, fue capaz de encontrar el antídoto a la medicina de los leoneses: defensa y más defensa. Su ataque estuvo esta vez más acertado y, ayudado por las decisiones de los colegiados que desquiciaron a los locales, se llevó el gato al agua a pesar de ir perdiendo antes del descanso por 16 puntos.
No obstante fueron los de De Grado los que acertaron primero con el aro. Bradshaw, Báez y Gilbert situaban al Begar con un 6-2 apenas transcurridos dos minutos. Sólo una reacción insular liderada por Hamilton permitía que el marcador se igualase con el 10-10. Pero ahí acabó todo. Los de De Grado, superiores en la zona y con su tridente exterior acertado fueron sumando puntos a su zurrón para alcanzar un elocuente 18-10 a 4-™41 para cerrar el primer cuarto obligando al técnico canario a pedir tiempo muerto. Ni con esas los visitantes podían con la maquinaria leonesa que a 3-™35 alcanzaba su mayor ventaja con el 23-12 que luego se repetiría con el 25-14. Cumplimentados los diez primeros minutos el festival local no iba a parar. Eulís elevaba el colchón de tranquilidad a los 12 puntos con el 31-19 que llegaba a los 13 con un triple de Stacey. Ni las discutidas decisiones arbitrales ni la dureza en la pintura del Tenerife lastraron el ímpetu de los de De Grado que llegaron a dominar la contienda por 16 puntos (46-30 a cinco minutos para el descanso. Sólo los triples de los dos Sánchez permitieron al Tenerife reducir distancias hasta el 56-49. Una reacción a la que contribuyó la pareja arbitral más preocupada en convertirse en protagonista que en dejar jugar.
Quizás el más damnificado de esa situación fue el dominicano Peterson al que desquiciaron con tres p
ersonales y una técnica en el túnel de vestuarios. Esa decisión permitió que en apenas unos segundos los insulares se situaran a dos puntos y con ello recuperaran todas las opciones perdidas hasta ese instante. A partir de ahí los restantes diez minutos fueron una constante de alternativas que se decantó para el Tenerife 75-77. Restaba un cuarto y en él los leoneses pusieron toda la carne en el asador pero esta vez el acierto visitante y las imprecisiones acabaron en una derrota inmerecida y dolorosa para un equipo que raras veces encaja más de 100 puntos. Y cuando lo hace, como ayer, es para cosechar un doloroso traspiés ante un rival que supo jugar su armas.