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La caza menor intenta apurar las últimas jornadas

A falta de liebres es espectacular la cantidad de jabalíes que se ven en los campos de maíz

Publicado por
Pedro Vizcay
León

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Pese a que oficialmente la temporada de caza menor no terminará hasta finales de enero, bastantes acotados como Valdevimbre o Vallecillo han cerrado con antelación en un intento de preservar suficientes reproductores. En los acotados de montaña el jabalí y la becada conservan la actividad cinegética, siempre que la nieve no lo impida. El grueso de acotados, sin embargo, mantendrá abierta la caza durante las fechas navideñas para que los socios que residen fuera de la provincia puedan aprovechar las vacaciones para darse una vuelta por el campo, ya que abatir alguna pieza se ha convertido en «misión imposible» en la mayoría de los casos. Allí donde hay manchas de monte o zonas de conejo, con cárcavas y zarzales, todavía se puede hacer una buena cacería siempre que haya perros adecuados. Esto es lo que se muestra en la fotografía en la que un veterano, Santos Cadenas, en el coto de Grajal de la Ribera (municipio de la Antigua) conseguía esta hermosa percha de dos perdices y dos conejos, cupo que tienen asignado en este acotado. Para Santos «no se trata de correr mucho, hay que ir despacio y aprovechar las oportunidades. En nuestro coto la temporada está siendo baja, pero sí quedan perdiz y conejo. La liebre como en todas partes, casi desaparecida. No obstante hay que respetar los cupos si se quiere mantener la caza».

Pero a falta de liebres hay que destacar la cantidad de jabalíes que se ven en los campos de maíz. En opinión de cazadores y labradores éste puede ser un año excepcional en las zonas bajas y riberas. «Ya los había antes de la nevada y ahora mucho más» -“comenta un Presidente de Coto- Hasta la fecha apenas se ha cosechado el cereal y, con la última nevada, habrá suerte si se cosecha antes de abril. Para entonces la temporada de caza se habrá cerrado y solamente se podrá cazar en batidas extraordinarias concedidas por daños o para el descaste. Con todo, el maíz sin cosechar es muy difícil poder disparar a los «cochinos» que pasan de unas fincas a otras sin ofrecer un blanco adecuado. Pese a ello «alguno va cayendo» dice la misma fuente. Son pocos los arcones congeladores de los pueblos donde no se conserva algún jamón o costillar. El problema añadido se presentará cuando comience a cosecharse. Las máquinas pondrán en movimiento y sacarán de sus encames a los voluminosos animales y provocarán sin duda accidentes de tráfico y atropellos. Este temor generalizado se extiende entre las sociedades de cazadores que, pese a la normativa, siguen corriendo con los gastos y la responsabilidad de los daños producidos. Por esa causa, a la que se suman los daños propios en los cultivos, la administración viene concediendo con relativa facilidad permisos para aguardos y esperas, así como batidas por daños.

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