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Fútbol | Copa del Rey

El Athletic arranca un valioso empate en el tiempo de descuento (1-1)

El Osasuna, que se adelantó en la recta final del choque, no hizo valer su superioridad

El delantero del Osasuna Portillo, a la derecha, pelea por conseguir la posesión del esférico con Ai

Publicado por
Ramón Orosa
León

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bilbao

Prescindir del fútbol y dejarlo todo a lo racial, a la lucha y a la individualidad de algún jugador suele conllevar un riesgo muy importante: que el caos lleve a los dos rivales al marasmo. En el Reyno de Navarra todo parecía dispuesto a ese empate deslucido y sin goles hasta que Pandiani, y ya en el descuento Fernando Llorente, lograron una igualada con el maquillaje de los goles y de la emoción final. El Athletic arrancó el empate final ya en el descuento, de la misma forma que Osasuna ganó la pasada semana en Sevilla.

Los goles, tardíos y muy propios de un encuentro desordenado y con poco criterio, no certificaron la superioridad de Osasuna, mejor organizado y más convencido que el Athletic, un guiñapo demasiado confiado en contar con alguna ocasión arriba a lo largo del encuentro como para molestarse en crearlas con cierta inteligencia. Sin salida de balón y con la ausencia notable de Yeste, jugador irregular pero que en ocasiones sabe aportar alguna luz a su equipo cuando se le funden los plomos, lo de Joaquín Caparrós acabaron amarrados a un remate de Toquero y un rechace cazado por el siempre imprescindible Fernando Llorente. Un gol que deja abierta una eliminatoria, pero que no borra la imagen deslucida de los bilbaínos.

Con dos actitudes primarias y escasas ganas de tomar riesgos, el fútbol se convierte en una quimera. El Athletic, a excepción de un par de internadas sin remate (la primera por un probable penalti cometido por Sergio), confió toda su capacidad creativa en poner balones imposibles a Fernando Llorente y a Ion Vélez. El resultado, lógicamente, rozó el desastre y en ese tiempo los de Caparrós no contaron con ninguna ocasión.

Osasuna tampoco brilló mucho más, aunque a la combinación de juego rudimentario sumó algunas intentonas de Juanfran y el mayor aprovechamiento del balón parado. De esta forma mantuvo un dominio efectivo y se acercó más al gol que los vizcaínos, pero sin llegar a incordiar a Iraizoz. Esa lucha de nulas pegadas convirtió la primera mitad en un trámite plúmbeo y desolador, un enredo de rebotes y pérdidas sin sentido. El Athletic, ante las acometidas, se reforzó ligeramente atrás y dejó que Osasuna fuera perdiendo fuelle poco a poco. La ocasión fue la antesala del inteligente gol de Pandiani que, ya en el descuento, fue contrarrestado por Llorente, que deja el cruce igualado.