El zamorano José A. Prada, elegido presidente de la Federación de Caza
p. v. | león
El pasado viernes, 9 de enero, ha tenido lugar la asamblea para la renovación de cargos en la Federación de Caza de Castilla y León. Setenta y dos de los ochenta asambleístas ejercieron su voto en la reunión celebrada en el Hotel Felipe IV de Valladolid, cinco
de ellos a través del fax, previa autorización de la asamblea, ya que no pudieron asistir personalmente al quedar retenidos por la nieve en Soria. Dos candidatos aspiraban a la elección que, a priori, se presentaba muy reñida: Santiago Iturmendi de Burgos y José Antonio Prada de Zamora. El programa que ambos presentaron a la Asamblea tenía bastantes puntos de coincidencia. Tras su exposición por cada uno de los candidatos se pasaba a la primera votación que, de acuerdo con los estatutos, requería mayoría absoluta, es decir 41 votos favorables. Realizado el escrutinio ninguno de los aspirantes conseguía la mayoría absoluta, siendo Iturmendi el mas votado por un escaso margen de dos votos, por lo que se procedió a la segunda votación. El resultado no dejó de ser sorprendente en cierto modo, ya que Prada, el menos votado en primera votación, se impuso por 38 votos frente a 33 y una papeleta en blanco. El candidato zamorano fue apoyado por los seis compromisarios de León presentes en la asamblea.
José Antonio Prada, tras su elección y en una breve conversación mantenida con Diario de León, a la vez que muostraba su satisfacción por la confianza puesta de manifiesto por la asamblea, se manifestó preocupado por la delicada situación que atraviesa la actividad cinegética en Castilla y León. «De los múltiples problemas a resolver hay dos prioridades que requieren una atención inmediata- manifestó-. La primera de ellas es dar una salida al tema de los siniestros en carretera en los que se ven implicados animales salvajes». Pese a que la nueva Ley de tráfico excluye de la responsabilidad civil a los cotos de caza, salvo cuando el siniestro se coincide con el ejercicio de la actividad, la mayoría de sentencias siguen responsabilizando a los titulares o administradores de los cotos, incluso cuando se producen de noche o en época de veda. Este hecho obliga a suscribir costosas pólizas de seguro que, en muchos casos, hacen inviable la continuidad del acotado y en otras convierten la caza en un deporte para millonarios.
La segunda prioridad se refiere al tema de la liebre y su práctica desaparición de una amplia zona de Castilla y León, en especial la Tierra de Campos donde la caza con galgo tiene gran tradición. Prada no duda que la causa de dicha desaparición se debe al veneno empleado para el exterminio de la plaga de topillos. «Yo mismo he enviado al laboratorio cadáveres de liebres encontradas en el campo en el pasado campeonato de cetrería y los resultados son concluyentes: envenenamiento por clorofacinona, que es el veneno empleado para la plaga de topillos». Recuperar las poblaciones lebreras será el reto mas importante en los próximos cuatro años, periodo de vigencia para el que ha sido elegido.