El Reale Ademar no tuvo enemigo en el Naturhouse

a.o. | bilbao

Dos regalos ha hecho el Reale Ademar en las últimas fechas. El primero, el jueves en su visita a los reclusos de la cárcel de Mansilla para alegrarles el día con sus anécdotas de cheerleaders; y el segundo, su predisposición para jugar a favor de Aspanovas, la asociación vizcaína contra el cáncer infantil. No quiso hacer un tercero, aunque al final de la primera mitad lo parecía, y en la segunda parte se impuso la lógica y terminó con un Naturhouse La Rioja que dio la cara en todo momento. Lo cierto es que el encuentro, al que faltó gente por lo desapacible estuvo muy entretenido y, hasta mediado el segundo periodo, no lograron escaparse los favoritos. En el envite las anécdotas las pusieron las tres parejas de hermanos que disputaron el encuentro. Los Aguinagalde y los Aguirrezabalaga, uno en cada equipo; y los Guardiola, ambos en el conjunto riojano. El espectáculo estuvo servido en la cancha. Destacaron los porteros de los dos conjuntos; y Martins y Mikel Aguirrezabalaga por un conjunto ademarista que, cuando apretó, ya no tuvo adversario. La primera mitad del amistoso resultó muy emocionante, ya que muchos de los jugadores menos habituales intentaron reivindicarse para ganarse minutos en la Asobal y ponérselo difícil a ambos técnicos a la hora de confeccionar sus respectivos equipos. Los de León, sobre el papel superiores, enseguida se pusieron por delante en el luminoso.

Con una férrea defensa 6-0 y con un Álamo extraordinario bajo palos, abrieron hueco en el marcador en los primeros minutos. El Naturhouse sufría el empuje de un aguerrido Ademar aunque intentaba, con una defensa 5:1 sobre Sarmiento y posteriormente sobre Julen Aguinagalde, contrarrestar su poderío atacante. Pero no daba resultado y Ademar se escapaba con diferencias de tres y cuatro goles sin apretar demasiado el acelerador. En los últimos minutos del primer periodo los de Jordi Ribera jugaron con un hombre menos por exclusión del capitán Castresana; encajaron un parcial de 4-0 y se dejaron empatar un encuentro que tuvieron dominado durante 25 minutos.

Tras este exceso de confianza salieron con muchas ganas los leoneses, pero los logroñeses se lo habían creído y lograron ponerse por delante durante escasos segundos. Dos exclusiones de Aguinagalde y Kos dejaron en inferioridad a un conjunto que espabiló cuando Ernesto Sánchez detuvo tres jugadas, una tras otra, para animar a sus compañeros. Casi cuarenta minutos habían aguantado los jugadores de Jesús Javier González y ahora ya no podían frenar al vigente campeón de Copa. Solicitó tiempo muerto el riojano porque ahora ya sí se escapaban los favoritos irremisiblemente. Jordi Ribera les había leído la cartilla en el descanso y los suyos ya no se iban a dormir como en los últimos cinco minutos de la primera parte. En el último tramo, el Ademar marcaba la máxima diferencia: cinco goles, con un espectacular Aguirrezabalaga, que prácticamente todo lo que tocaba lo convertía.