Real Madrid
Raúl elige sus siete goles más importantes con el Real Madrid
El delantero Raúl González, que el pasado sábado igualó el récord de Alfredo Di Stéfano de máximo goleador del Real Madrid, con 307 tantos oficiales, ha elegido su primero con la camiseta "blanca" y el anotado en la Copa Intercontinental'98 ante el Vasco de Gama entre sus siete preferidos.
Raúl, que este sábado en la Liga ante el Racing Santander puede establecer un nuevo récord goleador madridista, ha elegido para la web oficial del club sus siete goles mejores, analizándoles uno a uno siguiendo el orden de las fechas en las que los anotó.
Así, de su primer tanto oficial con el Real Madrid, logrado en liga ante el "eterno rival", el Atlético, el 5 de noviembre de 1994, comenta: "Aquella fue una sensación irrepetible. Con el tiempo he tenido la suerte de marcar goles importantes, pero ahí estaba reflejada la ilusión de un niño que quiere ser futbolista, que juega en el Bernabéu ante el Atlético de Madrid, con todo lo que conllevaba eso, por mi pasado (jugó en las divisiones inferiores del Atlético)".
Como segundo tanto, en orden de fecha, figura el anotado también ante el Atlético de Madrid, el 18 de enero de 1997, que suponía el 1-2 para su equipo en terreno rival.
"Aquel fue un partido muy importante para mi carrera. Ya llevaba tres años en el primer equipo, pero fue determinante para debutar después con la absoluta (la selección). El partido iba mal, un empate y con un hombre menos, por eso hacer esa jugada, con un gol tan bonito, me produjo una sensación especial, porque sé que los madridistas disfrutaron. Fue el gol que quería conseguir en el Calderón. Conseguimos una victoria que supuso un paso adelante hacia el título", señala.
Un especial recuerdo tiene Raúl del tanto logrado contra el Vasco de Gama, el 1 de diciembre de 1998, y que dio la Copa Intercontinental al Real Madrid, en Tokio: "Ese gol fue una recompensa por todo lo que había pasado y sufrido. Fue el momento más difícil en mi carrera, en el que más he visto sufrir a mi familia".
"También porque tuve una lesión en el pubis y mis ansias por jugar siempre acabaron por perjudicarme. Ese gol fue la recompensa, el gol soñado: en los últimos minutos de una gran final, y además con una estética y calidad bonita para el espectador", añade.
El delantero se deshizo de dos jugadores en el área y del portero brasileño para anotar. Del tanto marcado al Barcelona, en el Camp Nou, el 13 de octubre de 1999, señala: "Fue un partido donde no merecíamos estar por debajo porque estábamos jugando bien. Fue un gesto espontáneo. Había un grupo de aficionados cantando varias cosas y a veces no te puedes abstraer de lo que dicen. Fue marcar y sacar esa sensación de rabia, pedir que se callasen. En ningún momento quise faltar al respeto ni al Barcelona ni a su afición".
Después de marcar mediante una vaselina a Hesp, Raúl se llevó le dedo a los labios como si pidiera a los seguidores azulgranas que se callaran. Otro de los goles "muy especiales" para Raúl fue el conseguido ante el Valencia, en la final de la Liga de Campeones conquistada en París, el 25 de mayo de 2000, que era el tercero del conjunto madrileño: ""Mi hijo Jorge cumplía ese día tres meses y tenía muchas ganas de dedicarle un gol. Mi hermana me regaló una camiseta con una foto de cuando tenía dos meses y medio y me dijo: 'Póntela porque seguro que vas a conseguir un gol'. Y lo conseguí".
Entre los elegidos, asimismo, figura otro anotado en una final de la Liga de Campeones de Europa, la novena conquistada por el Real Madrid. Fue el primero ante el Bayer Leverkusen, el 15 de mayo de 2002.
"Fue un gol de pillo, aprovechando el saque (de banda) de Roberto Carlos. En cualquier caso aquella final será recordada siempre por el gol de Zidane que todos tuvimos la suerte de presenciar. Me siento un privilegiado por ser compañero suyo y por haber visto tan cerca ese grandísimo gol", comenta.
Zidane marcó de un tremendo disparo de volea tras recibir un centro de Roberto Carlos. El séptimo de los elegidos fue en Liga ante el Barcelona, en el Santiago Bernabéu, el 22 de octubre de 2006, en remate de cabeza a los tres minutos de juego: "El centro de Sergio Ramos fue perfecto. Fue un gol muy importante porque acababa de empezar el clásico. Habíamos salido al campo con mucha decisión y muchas ganas de ganar, y marcar tan pronto fue determinante".