Hacia una federación leonesa de lucha

EN EFECTO, hacia una federacion leonesa de lucha. O mejor, a enlazar con una Federación de Lucha Leonesa vigente hasta la década de los ochenta: aún estamos viendo estas siglas conformando el anagrama sobre aquella clásica fotografía de Felipe León elevado por Frumencio Alvarez y con un pie sobre la rodilla de -œEl Aguila Rubia-.

Recuperar la denominación de origen e identificadora. «Que dicen que ya no soy/ ciudadano de mi tierra,/ y la luna, que aún es blanca/ se va escondiendo en la niebla-¦». Esperanzadora apuesta de Antonio Viñayo: que las raíces del pasado ayuden al pueblo de León a apostar por su futuro.

Lo primero que se precisa sería creer en ello. Verlo y sentirlo necesario -imprescindible-, viable y factible a medio plazo, y tras ello luchar leonesamente (lucha leonesa) por lograrlo. E implicar en el empeño a todas las fuerzas vivas; deportivas y extradeportivas. Aunque suene ampuloso para el objetivo pretendido, implicar a la sociedad civil; a los agentes sociales (sociológicos y sociopolíticos).

Presión social en definitiva. Incluso mediante la creación de un a modo de «comité de notables», propiciador de una a modo de «plataforma pro-identidad leonesa del aluche» (para marcar distancias con el aluche cántabro: dicho sea esto último obviamente en clave de ironía-¦relativa).

Ya más en serio, empezar por lo de casa: luchadores, clubes de lucha-¦ Y seguir por lo más próximo y afín: otras federaciones, otros clubes deportivos y/o recreativos, deportistas leoneses de élite-¦ Luego vendrían las mociones en ayuntamientos y juntas vecinales.

Movilización ciudadana, pues, en este medio plazo que nos fijamos. Y entre tanto, en este intermedio¿qué va a pasar con la lucha leonesa, donde puede ir a parar si no lo remedia nadie de los que lo pueden evitar? Vía territorial y autonómica, pesebrismo y carrera política en sintonía con el partido que gobierne en la Junta y en la Diputación. Ponga una manejable mentalidad aluchera, mentalidad del aluche de la boina, al frente de la federación y no se haga ilusiones sobre lo que pro-Ponga. A pasar de luchamala a luchapeor.

Ante ello ¿seguir tirando por la borda otra oportunidad renovadora? Y desperdiciar la oportunidad de plantearse una lucha leonesa más funcional y operativamente leonesa; auténticamente luchisticoleonesa como debiera corersponder(nos). Enraizada en las raices más leonesas, pero sin los rudimentos rudimentarios actuales.

En ese proceso «hacia una federación leonesa de lucha» las barreras administrativas habrían de ser superables-¦ si se intenta. Existen resquicios en la ley del Deporte, obstáculos normativos bordeables desde un concienzudo rigor jurista. Y de fondo el ilusionado apoyo de una ciudadanía concienciada con el reto de dotarnos de nuestra propia federación leonesa para el más leonés de los deportes. Sin dependencia ni sometimiento autonómico. Quede eso para los castellanos luchadores de Burgos tan agusto en la teritorial de Castilla como adisgusto los leoneses, y que es donde queremos ir a parar con nuestra exposición. De motivaciones y afanes luchísticoleoneses. Y de apercibimientos.

¿También autóctonos la rana y la petanca? Pues la seudofederación de deportes/juegos autóctonos de Castilla y León lo tiene claro. Tan claro como que no ceja en su empeño de incluir ahí también «el aluche» y que es sobre lo que también seguimos apercibiendo. Para la autonomía castellana representaría todo un logro. De desidentificación leonesa. Y por lo mismo, cohesionador castellanoleonés. Otra amalgama y paradoja más, a añadir a -salvando las distancias- las que señalaba el pasado 14 en estas mismas páginas Álvaro Caballero a propósito de la presentación de los actos conmemorativos del 1100 Aniversario del Reino de León: que Castilla sea parte en el reconocimiento es como si Chequia se suma a la exaltación nacional eslovaca.

Hay quienes marcan pautas, desde su modo de entender y concebir el aluche, para consumo de la muchedumbre-¦ y de la mansedumbre. Quiza nosotros lo hagamos soñadoramente desde el idealismo y desde la mayor repugnancia hacia el pesebre. «La mayor inocentada/ es hacer labor honrada/ para la masa oprimida/ en esta tierra dormida/ que no se entera de nada» (Benito Pamparacuatro).

Juego de Bolos, juego de la rana-¦¿juego del aluche? Sin apellido leonés, en línea con el «olvido» de la bandera leonesa por parte de la junta castellana en la mismísima presentación exaltadora del León 2010. «Que dicen que ya no soy/ ciudadano de mi tierra/(...) De luto se habrán cubierto/ los torreones de piedra,/ y la luna, que era blanca/ la he perdido entre la niebla./ El viento disipará/ mañana las nubes negras./ Es la hora de gritar./ León, si estás vivo ¡¡despierta!!».