Diario de León

Los pescadores bercianos se quejan de la acción de los cormoranes

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Un grupo de pescadores ponferradinos, que en estos días previos a la apertura de la temporada están visitando los ríos del Bierzo, afirman que la acción de los cormoranes ha dejado sin pesca varios tramos de los principales ríos bercianos. «No sólo se han comido las truchas pequeñas y medianas –afirman- sino que también han desaparecido los grandes cardúmenes de ciprínidos (peixes) que son habituales en los pozos de los ríos Sil y Boeza». El tramo donde habrían resultado mas dañinos estaría ubicado precisamente en las proximidades de la capital del Bierzo, tanto en el coto intensivo como en las zonas aledañas. La acción del cuervo marino ha sido continua y descarada en estas zonas, donde después de pescar se sitúa con toda tranquilidad en los cepos y promontorios donde abre las alas para secarse. También son perfectamente localizables en los árboles tanto por la mañana como al atardecer. Pero no sería este tramo el único esquilmado. Tanto el Boeza como el Cúa y el Burbia habrían sufrido los efectos devastadores de la acción del cormorán. Incluso hasta las cuencas de los ríos Ancares y Valcarce han llegado a lo largo de este invierno, si bien aquí la dificultad para actuar es mayor debido a que son ríos estrechos y con abundantes corrientes. La acción de este voraz «cuervo marino» que, desde hace pocos años, pasa el invierno en los ríos de la cuenca del Duero y del Miño, está siendo denunciada tanto por el colectivo de pescadores como por la asociación de agentes forestales que han constatado los efectos dañinos del depredador alado. Los agentes forestales disponen de autorización para controlar las poblaciones cada vez mas numerosas. De hecho en esta temporada se han eliminado casi dos centenares que han servido también para estudiar sus hábitos alimenticios. Pero los censos de este ave son muy superiores y cada vez mas numerosos debido a que, salvo el hombre, carece de enemigos naturales. En el embalse de Bárcena y otras masas de agua bercianas se han aclimatado hasta el punto de que algunas parejas ya nidifican. La solución para el colectivo de pescadores podría pasar por su catalogación como especie cinegética, dado que no existe el mas mínimo peligro de extinción. La entrada del cormorán suele coincidir con la época de frezas, por lo que los destrozos sobre las poblaciones trucheras son más importantes si cabe.

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