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El domingo se abre la veda en León con caudales bajos en los ríos

40.000 pescadores leoneses se preparan para volver al río en busca de las truchas

Los aficionados esperan lograr el cupo de cuatro truchas como en la imagen

Publicado por
P. Vizcay
León

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Desde una hora antes de la salida del sol del próximo domingo, día cinco de abril, comienza la temporada truchera en León. La mayoría de los cuarenta mil pescadores leoneses, junto con los forasteros que son habituales en estas primeras jornadas, se preparan para volver al río después del largo paréntesis que representa la veda y tras los flojos resultados obtenidos en las provincias de la zona sur de la comunidad y comunidades limítrofes donde ya lleva tres semanas abierta. La temporada que ahora se abre se presenta plagada de incógnitas que los pescadores irán desvelando a lo largo de los próximos meses, hasta el treinta y uno de julio con carácter general y el treinta y uno de agosto en las aguas reguladas. A lo largo del invierno los ríos han discurrido cortos de caudal por la escasez de precipitaciones. El incremento de las temperaturas de mediados de marzo, pese a la falta de lluvias, han contribuido al deshielo de la abundante nieve acumulada en las montañas y han incrementado los caudales de forma notable, lo que a corto plazo perjudicará la pesca con señuelos artificiales. En los ríos regulados, sin embargo, los caudales son mínimos debido a que los embalses están acumulando agua todavía. El pasado martes, el embalse de Los Barrios de Luna alcanzaba el 76 % de su capacidad, Vegamián el 77%, Riaño el 80 % y Bárcena en el Sil, el 82%. Otro problema en esta primera jornada será la acumulación de pescadores en los tramos libres, lo que pondrá en fuga a unas «pintonas» que están acostumbradas al sosiego de la época de veda. Encontrar truchas en actividad será, ciertamente, muy difícil. Las previsiones en estos comienzos de temporada siempre son optimistas, luego el tiempo se encarga de poner las cosas en su sitio. Es cierto que a lo largo del invierno se vieron bastantes truchas en la mayoría de los ríos, incluso hubo frezas espectaculares en los sitios de siempre, pero también hay que pensar que la escasez de caudal y la transparencia de las aguas facilita la observación que, de discurrir los ríos con sus caudales habituales para la época del año hubiese sido más difícil. También hay que pensar que los aficionados acuden a los lugares tradicionales, puentes, tabladas y raseras donde se ponen las truchas. De esta forma se pueden sacar conclusiones equivocadas. Cebo natural Aunque esta modalidad se practica cada vez menos no cabe duda de que, a principio de temporada y tal como bajan los ríos será el arte más eficaz. Tanto el cebo de río, gusarapa gusarapín y marabayo, como la lombriz, pueden dar buenos resultados lo mismo en las corrientes a la entrada de pozos y tablas que en los remansos si las aguas bajan ligeramente altas y muy frías. Los señuelos artificiales constituyen la forma más habitual de practicar la pesca. La cucharilla, que va perdiendo adeptos, puede dar buenas capturas, pero el estado de los ríos no es el mas adecuado para este arte. A principio de temporada es conveniente trabajarla muy bien, próxima al fondo, y despacio, pues la trucha no la tomará si ha de realizar un esfuerzo al desplazarse. La mosca ahogada suele ser más efectiva pero el inconveniente es que, en esta época, las eclosiones son cortas y los periodos de actividad, caso de cebarse, también lo son. Será preciso estar muy atento y aprovechar la media hora que puede durar la eclosión, aunque antes y después también pueden picar. Lo mismo sucede con la mosca seca, pero el pescador de «látigo» tiene la posibilidad de pescar a ninfa, arte que los pescadores de lance tienen prohibido y que, sin duda, es el mas eficaz de todos. Para los pescadores de mosca ahogada y tal como bajan los ríos recomendamos una cuerda cuyo rastro sea un sangre de toro en indio negrisco y en el resto se combine el tabaco en pardo, el verde aceituna en indio o pardo, el morado cardenal en pardo y el gris en indio. Para los pescadores de seca el pardón ya eclosiona, especialmente en los ríos regulados por pantano.