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La Hullera sufre un duro varapalo frente al Béjar
El equipo leonés se vio completamente superado por un Béjar Industrial que se mostró muy superior
béjar
El Hullera se llevó un severo correctivo en su visita a Béjar en un partido en el que los locales tuvieron en el acierto rematador su principal virtud. Por su parte, el equipo leonés no supo contrarrestrar el mejor fútbol de los bejaranos y se perdió en un juego demasiado individual y poco preciso.
Así que el cuadro leonés se enfrentaba al Béjar Industrial con la intención de sumar algún punto y seguir con la lucha por evitar las posiciones de descenso. Era necesario romper la racha negativa. El rival de ayer es un Béjar que está mejor clasificado, pero tampoco está salvado del todo, así que el duelo se presentaba con la imperiosa necesidad, por parte de los dos conjuntos, de no hacer concesiones.
Se enfrentaban dos equipos históricos del fútbol regional, pero fueron los locales los que dominaron totalmente el choque desde el principio ante un rival complaciente que sólo se acercó a la meta de Alberto en la ocasión del gol, y eso fue en el minuto 93 del partido.
Antes, el Béjar comenzó muy fuerte el partido, imprimiendo un fuerte ritmo al balón y llegando con claridad por ambas bandas, por donde llegaban los dos primeros goles del encuentro. El 1-0 en el minuto 8 tras una gran jugada de Robert que se va por banda da el pase atrás y Héctor la mete con la izquierda y sólo tres minutos más tarde Martín se mete por la derecha y da el pase atrás para que marque Popi. Con este resultado y alguna ocasión clara para el Béjar se llegaba al descanso En una primera parte de los leoneses en la que no llegaron ni una vez ante la meta local.
En la segunda mitad los de Manolo Gallego volvieron a salir muy fuertes y Héctor de fuerte disparo ponía el 3-0. El cuarto tanto local lo marcaba Paredes tras jugada individual, y en el descuento en un error entre los dos centrales y el portero Pelayo metía la pierna y dejaba el 4-1 definitivo en el marcador. En conlusión, un partido malo de un Hullera que nunca se encontró cómodo sobre el campo y al que condenaron, sobre todo, los primeros minutos del choque.