Diario de León

Fútbol | Primera División

El Real Madrid brinda la Liga al Barça en Valencia

Los de Mestalla se consolidan en Champions y ponen en bandeja el título a los azulgrana

Los jugadores del Valencia felicitan a su compañero Rubén Baraja tras marcar el tercer gol al Real M

Los jugadores del Valencia felicitan a su compañero Rubén Baraja tras marcar el tercer gol al Real M

Publicado por
Ignacio Tylko
León

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Ni camiseta, ni escudo, ni orgullo, ni más tópicos que valgan. Sólo era una pose, mero bla, bla, bla... El Madrid dio por finiquitada la temporada después de que el Barça le pusiera en su sitio y en Valencia se presentó sin alma, con la cabeza gacha, convencido de que el milagro ya era imposible, a merced de un adversario que se jugaba la Champions. Con esas premisas, los de Juande fueron barridos del campo por el perseverante conjunto de Unai Emery, quien se permitió el lujo de pensar durante buena parte de la segunda parte en el fundamental choque del próximo domingo ante el Atlético.

Si algún colchonero pensaba en un favor del eterno rival, debió quedarse con un palmo de narices. Cuando uno ha hecho un esfuerzo enorme en una persecución baldía, presenta números de campeón pero da la Liga por perdida, el Barça cantará el alirón si este domingo vence al Villarreal en el Camp Nou, ya no puede levantarse. Y más si enfrente aparecen figuras como Silva, Villa y Mata, quienes bien pueden estar en la agenda de Florentino Pérez, esa especie de Mesías del madridismo.

El arranque fue un espejismo. Por momentos, el Madrid pareció dispuesto a morir con grandeza, a dar un inesperado zarpazo en Mestalla que complicara todavía más la cuarta plaza de Champions y obligase al Barça a emplearse a fondo ante el Villarreal. Una internada de Raúl y otra de Higuaín por la izquierda acabaron sin rematador pero generaron incertidumbre. También una galopada de Robben, cuyo centro lo remató con la derecha Marcelo. Es decir, mal. Pero ahí se acabó el equipo de Juande, que se echó para atrás, regaló por completo la iniciativa al Valencia y comenzó a sestear, a fiarlo todo a Casillas, quien sacó una mano increíble para desviar un cabezazo de Baraja que votó cerca de la raya.

Sólo hubo un equipo en Mestalla. La fuerza, las ganas, el ímpetu y el fútbol, fueron monopolio del Valencia. Tres goles y sentencia.

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