Cada uno en su sitio

DESPUÉS de los resultados conseguidos por los dos equipos leoneses, conviene mirar un poco al inicio de temporada cuando se fijan los objetivos de las plantillas para entender lo sucedido.

El objetivo de la Ponferradina es claro: volver a ascender a Segunda División. En el caso de Cultural, el fin primordial era mejorar la nefasta temporada anterior e intentar quedar entre los cuatro primeros para poder jugar las eliminatorias de ascenso.

Entonces, ¿por qué tanta desilusión, tanto pesimismo y tanta tristeza en el caso de la Cultural cuando el equipo ha conseguido con creces el objetivo marcado?

En el caso de la Ponferradina está en el camino de poder conseguirlo. Vamos a esperar si cumple sus expectativas.

Un mismo mundo pero dos realidades distintas. Valga este ejemplo para demostrarlo: los dos equipos se reforzaron en el mercado invernal. Los de la capital leonesa con Héctor Simón y Pablo García, dos jugadores que han aportado muy poco al equipo. Los del bierzo con Teo y Jano, jugadores titulares y fundamentales en la segunda vuelta en el equipo de Jesús Tartilán.

En cuanto a los partidos de vuelta, la Cultural no estuvo bien, jugó con miedo y para ascender hay que ser valientes. Vivir sólo de intentar hacer un gol de un error del contrario o de un acierto en las jugadas de estrategia es muy poco en una eliminatoria de ascenso. Lo sucedido durante el año no sirve en estos partidos. La seguridad defensiva tan alabada y destacada en la liga regular no apareció. Dos goles en contra en dos partidos y un gol a favor y a balón parado traen como resultado estar eliminados.

La Ponferradina, por su parte, salió al Toralín desde el primer momento a mandar en el partido, creyó en sus posibilidades, propuso juego y como consecuencia llegaron los goles que clasificaron a los blanquiazules.