Diario de León
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El corro | marro

No se precisaba esa especie de torpedeo demorador pucelano con las elecciones presidenciales, para que vislumbrásemos un panorama de la temporada de verano de lo más sombrío y mustio ¿Torpedeo autonómico solamente? La última que circula por ahí: censo manipulado (mal)intencionadamente para prolongar la actual situación presidencial?

Mucho nos tememos que la afrontaremos, la temporada de verano, con las habituales tres horas mínimas de corro. Tratarán de vendernos de nuevo este año el gran logro de la reducción horaria de los corros 2008; sí, en lugar de cuatro horas y pico, tres y pico. Y gracias a la gran determinación imaginativa introducida hace un año: menos eliminatorias que así se dura menos. De la misma forma que «se consiguió» aligerar la duración de la Liga de Invierno con equipos ausentes y/o incompletos.

Como genial e imaginativo resultaría este verano el mantenimiento de tales medidas reductoras tan simples, sobre la base de las discriminatorias eliminatorias previas; o de simpleza tan pueril como salir al corro con el cinturón ya colocado. Mientras que ni se contempla aligeramiento del tedio apuntando a la pesadez (anti)competitiva -que lo de competitivo es un decir- de los pesados de la antilucha (salvo felices excepciones); en general plomizo, desesperante e insufrible temporada tras temporada.

Pues éso y todo lo demás perfecto para los aplaudidores. De ahí la fijación por silenciar la única voz crítica mediaticamente. En el plano de la lucha leonesa la única voz políticamente incorrecta y a contracorriente, por lo que tanto molesta al agitprop -lobby aluchero-¦ sin glamur-, a los conspicuos y sempiternos adlátares, a los pesebreros estómagos agradecidos -dieteros federativos-, a los tontos útiles, a los de la aluchera mentalidad del aluche de «la boina achusmando detrás de la sebe» (Trapiello dixit).

A lo que íbamos, nuestros temores ante el empecinamiento en los errores. Temores convertidos en evidencia confirmada tras la oficialización de la normativa veraniega 2009: prácticamente un calco. Más de lo mismo, pues. Se habrán roto la cabeza para -“por ejemplo- excluir el disparate del pase de los campeonísimos directamente a la fase final. En cuanto a la disputa de «las finales en el último tramo del corro», pues que como se hacía ya hace 50 años.

Otras cuestiones, con nuestro posicionamiento contrario y ya argumentado semanas atrás. Hora de comienzo a las disparatadas cinco de la tarde: de locos en plena canícula leonesa ¡espantaficionados! Cuatro pesos solamente y sin considerar siquiera semiligeros. Pesaje e inscripción sobre la marcha del desarrollo del corro («antes de la finalización del último combate de la categoría anterior»): sensación de lo más chapucero. Dos árbitros en lugar de uno y bueno. Tres minutos para semifinales y final es muchísimo ¿Semifinales y final tres minutos, y 3.º/4.º minuto y medio?; justamente la mitad ¿y éso porqué? no se entiende, fuera de pretender devaluar la disputa del tercer puesto. Empate sin caida: «prórroga de 30 segundos» ¿y aunque no se hayan dado un solo «golpe» en tres minutos o en minuto y medio? ¿no debiera primar para estas situaciones la discrecionalidad arbitral?(no «la arbitraria»).

Nos asalta una duda, toda esta inacción ¿simplemente por la terquedad en el «sostenella y no enmendalla», o por comodidad, desidia, galbana cazurra-¦? En cualquier caso, nuestras opiniones sobre la normativa en cuestión por lo mismo opinable igualmente; y también por lo mismo -“meras opiniones- discutible, cuestionable, debatible-¦

Correcta, según se desprende, la equiparación de las puntuaciones sin distinción del nivel o categoría del corro y sin supeditarse al numero de inscripciones-participantes. Y que era justo como se hacía cuando arrancó la Liga de Verano en la época de la Agrupación.

De lo no abordado ya nos iremos ocupando sucesivamente. Verbigracia, emparejamiento por afinidad de peso dentro de cada categoría (ya se aplicó antaño esta especie de «sorteo impuro» o matizado); siempre pasividad doble -“para ambos- y nunca individual; empate en no caídas y en falta de acometividad: pase para el de menos peso. En otro orden, control sobre el precio de las localidades, competiciones de lucha de base y juvenil mucho más en serio que en anteriores temporadas etc etc ¿Calendario a cuatro días vista?

Presentación y escenificación. Seguir avanzando modernizadoramente, que aún resta mucho por avanzar en la puesta en escena y a pesar de lo que se ha avanzado. Obviamente condicionados por el realismo posibilista inspirado en que lo bueno es enemigo de lo mejor; que la ensoñación es una cosa y el posibilismo otra muy distinta.

Al margen también de la normativa veraniega y los presuntos avances en la puesta en escena, cantera, cantera y cantera. Todo lo demás, empezar la casa por el tejado y sin cimientos. Si la solana de las cinco de la tarde, las previsibles cuatro horas de duración y la aún más previsible superpesadez de los pesados, constituyen el «virus espantaficionados», pues que la desprotección de la cantera incide directamente en el síndrome «espantaluchadores»: la deserción de los que empiezan. Y consecuentemente el germen de la no continuidad del ciclo luchístico.

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