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ciclismo. vuelta a españa

Caída de récord en la llegada

Cerca de 80 corredores de la Vuelta a España se fueron al suelo a tres kilómetros de la meta, donde André Greipel sumó su decimosexto triunfo del año

El pelotón, poco antes de la caída masiva a tres kilómetros de la meta.

Publicado por
benito urraburu | lieja
León

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El peligro es uno de los compañeros habituales del ciclista, algo inh erente a este deporte, con quien hay que convivir, sortear, recurriendo a la fortuna en muchas ocasiones para evitarlo. Durante todo el día, el peligro rondó al pelotón. La Vuelta a España tuvo una despedida tormentosa de Lieja, donde ganó el australiano André Greipel (Columbia), que se impuso a un grupo de seis corredores en el que había tres hombres del Quick Step y tres del Columbia. Es el primer triunfo de Greipel en una carrera de tres semanas.

Mientras seis corredores se jugaban la etapa, el resto del pelotón, unos 80 ciclistas, se habían quedado tirados a tres kilómetros de la llegada, en la salida de una rotonda. El corredor que iba en séptimo lugar patinó y como fichas de dominó, 80 hombres se fueron al suelo, entre ellos los líderes, aunque en la caída no estuvo Samuel Sánchez. Una caída multitudinaria que no se ha visto en una carrera de tres semanas hace mucho tiempo.

Velo, Tosato y Weylandt (Quick Step), junto a Greipel, Grabsch y Sieberg (Columbia), fueron los que salvaron la montonera. Hubo hombres magullados, golpes fuertes. Fabián Cancellara pudo conservar su maillot oro. Desde Chris Horner, con fractura de muñeca, a Ezequiel Mosquera, que sufrió un fuerte golpe en el tobillo y entró acompañado por David Herrero, en una lista interminable de ciclistas. Fredik Kessiakov y Davide Vigano (Fuji) se ro mpieron la clavícula. Fue el colofón a una jornada en la que se produjeron numerosas caídas, debido al estado de las carreteras. La más espectacular de todas las caídas fue la del danés Jacob Fuglsang, que intentó pararse a orinar, le patinó la bicicleta y se pegó contra la parte de atrás de un camión.

Los nervios, el olor especial, diferente, que producen las metas, aceleró un grupo que iba demasiado rápido para la pista de patinaje por la que circulaban. La etapa que vivimos en Lieja no se puede considerar una clásica, a pesar de que el nombre evoca, nos lleva, irremediablemente, a la Lieja-Bastogne-Lieja.

Pero ganó Greipel. Nació en Rostock, la misma localidad en la que lo hizo Jan Ullrich, en lo que era la República Democrática Alemana. La caída del muro le cogió muy joven. Se inició en el ciclismo en el club de la citada localidad, PSV Rostock, y tuvo el mismo e en el T-Mobile, sufrió una grave caída que le hizo perder casi todo el año. Cuando se recuperó comenzó a trabajar para Cavendish, y Ciolek. Su confirmación llegaría en 2008, cuando ganó cuatro de las seis etapas del Tour Down Under. Logró quince victorias en 2008. Le apodaron el increíble Hulk. Mide 1,84 y pesa 75 kilos. Físicamente es muy fuerte, potente.

Greipel comentó que «el final de la etapa fue normal, lo que pasa es que hubo muchos nervios para coger posiciones y en una rotonda se produjo una caída que rompió el pelotón», explicó Greipel. También dijo: «Lo primero que quiero es saber cómo están mis compañeros». Dedicó la victoria a su mujer, Tina, que cumplía años.

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