futbol. mundial 2010
España asume su mayor reto
El seleccionador español afrontará el Mundial de Sudáfrica con más exigencias y expectativas que todos sus predecesores
Afición española animando en el partido contra Estonia.
Tras cumplir con dos jornadas de antelación y de manera brillante la exigencia de clasificar a los campeones de Europa para el Mundial de Sudáfrica, Del Bosque asume el mayor reto de un seleccionador español en su historia. Lo hace concienciado de que, por vez primera, España acudirá a la Copa del Mundo con la escarapela de gran favorita junto a Brasil. Por plantilla, nivel de juego, el reciente título continental y la «trayectoria impecable» en la fase de clasificación, tal y como dijo el técnico en Mérida, la «Roja» aspira a lo máximo. Sólo la Inglaterra de Capello y la Holanda de Van Marwijk han ganado también sus ocho partidos sucesivos.
La actual generación está en condiciones de superar el cuarto puesto, mítico hasta ahora, alcanzado por la escuadra de Guillermo Eizaguirre en el Mundial de Brasil-™50. Históricos como Ramallets, Puchades, Basora, Zarra, Panizo o Gaínza ven peligrar su récord. Después, España jamás franqueó el listón de cuartos. Desde que el yugoslavo Katalinski la noqueó en un desempate previo al Mundial de Alemania74, la selección ha competido en ocho certámenes consecutivos marcados por los fracasos y las decepciones. La última, firmada por Aragonés al sucumbir ante Francia en los octavos de Alemania06.
Con Clemente, en Estados Unidos94, y con Camacho, en Corea y Japón02, dos grandes selecciones rozaron las semifinales. Pero el codazo de Tassotti a Luis Enrique y el gol cantado errado por Julio Salinas en Boston; y el nefasto arbitraje del egipcio Al-Ghandour y los penaltis en Gwangju, dejaron a España con un palmo de narices. Entiende Del Bosque que es hora de desterrar viejos fantasmas, de acabar con el victimismo, las excusas y las justificaciones de los perdedores. Este equipo ya ha demostrado que es ganador.
El primer gran certamen en suelo africano aparece a nueve meses vista en el horizonte pero para Del Bosque ya es una obsesión. Tanta que deja el asunto de su renovación por dos años en un segundo plano. La tiene garantizada pero no le preocupa. Entiende que su futuro dependerá del resultado en el Mundial.