El Atlético de Madrid da pena
Falló un penalti y deambuló con dos jugadores más durante la segunda parte
El Atlético de Madrid da pena. Quique Sánchez Flores no sabe dónde se ha metido y el trabajo y el sufrimiento que le esperan para intentar reanimar a un enfermo terminal. En el único partido de Santi Denia en el banquillo, los rojiblancos no pudieron conseguir la victoria ni contra nueve (1-1). El Atleti firmó un nuevo ridículo en el Calderón. Con este equipo no hay nada imposible.
Tuvo a su favor dos acciones de penalti y expulsión , pero falló la primera pena máxima, deambuló con dos jugadores más durante casi toda la segunda parte y al final perdió dos puntos en el descuento.
Lo estaba buscando y se ganó el empate frente a un Mallorca que sí sabe a lo que juega, nunca se dio por vencido, e hizo sangre en el último momento. La afición rojiblanca volvió a explotar contra Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo. No aguanta más a los dueños del club que han convertido al Atleti en objeto de burlas y vergüenza. El equipo rojiblanco es una ruina y ahora queda en manos de un entrenador que desde el palco pudo comprobar el desastre defensivo, la desidia e incapacidad de sus nuevos jugadores para sentenciar el partido, y la nulidad para crear fútbol y ocasiones.
Lo que le falta al Atleti es sobre todo orgullo, porque hace muchísimo que se quedó sin fútbol.
Le volvió a faltar juego a este equipo reñido con el balón que ya en el primer tiempo ni siquiera pudo aprovecharse del penalti y la primera inferioridad numérica del Mallorca, al que sólo le bastó entonces orden defensivo.