Il dottore, algo más que un campeón del mundo

El piloto italiano Valentino Rossi (Yamaha), que ayer sumó su noveno título, representa en el motociclismo algo más que un campeón: «Vale» se ha convertido en 14 temporadas en un icono del deporte mundial. Rossi pasará a la historia no sólo por su palmarés, sino por su extraordinaria personalidad. El transalpino fue ayer tercero en el Gran Premio de Malasia para ganar su séptimo campeonato en la máxima cilindrada.

Los nueve títulos son los siguientes: 125 c.c., en 1997 con Aprilia; 250 c.c., en 199, con Aprilia; 2001, 500 c.c., con Honda; 2002, MotoGP, con Honda; 2003, MotoGP, con Honda; 2004, MotoGP, con Yamaha; 2005, MotoGP, con Yamaha; 2008, MotoGP, con Yamaha; y 2009, MotoGP, con Yamaha. La aportación de Rossi al motociclismo y al deporte en general es imposible de medir, así como los aficionados, niños y jóvenes, que se han fijado en el Mundial de MotoGP por la atracción que ejerce el piloto nacido hace 30 años en la Romaña italiana, en un pequeño pueblo llamado Tavullia, donde todavía reside y donde lleva una vida normal cuando está fuera de la competición. En cualquier circuito del mundo hay más banderas, camisetas, gorras y pancartas de Valentino que de cualquier piloto local. Sus celebraciones también han creado escuela. Se ha vestido de pollo, de preso, de director de orquesta, se ha puesto unas orejas de burro o ha realizado junto a los artistas de su club de seguidores, un pilar fundamental en su carrera.