La primera fuera, ¿en Tenerife?

Baloncesto León afronta esta noche (22.00 horas) su quinta entrega liguera, la tercera en pista ajena, y lo hace con el reto de «mojar» por vez primera esta temporada lejos del Palacio después de que en los dos primeros intentos frente al Orense y el Cornellá no fuera posible. En esta ocasión el rival que se va a encontrar el plantel de Javier de Grado, el Tenerife Rural, no será el mismo que en la pasada temporada lograba un contundente triunfo frente a los leoneses. Y es que los de Eduardo Deniz no saben a día de hoy lo que es ganar. Cuatro partidos y cuatro derrotas es el bagaje de un Tenerife cuyas urgencias pueden convertirse en un arma de doble filo para este envite. En el lado que conviene a Baloncesto León pueden suponer una dosis extra de nerviosismo y ansiedad mientras que en el negativo quizás conlleven una motivación añadida.

Aún así los de De Grado deben sacar partido a ciertas facetas del juego en las que en este tramo de Liga se están mostrando superiores. Una de ellas tiene como protagonistas a los pívots. Hughes, Humphrey que ya se encuentra plenamente recuperado de los problemas gástricos que sufrió ante La Palma el viernes pasado y Fontet deben imponer su jerarquía ante dos jugadores con mucha calidad pero inexpertos en esta competición como son Freeman y el italiano Fiorotto. Eso sí, en el caso de tener que rotar a los leoneses les faltará a un jugador como Antxon Iturbe al que una microrrotura en un gemelo le ha impedido viajar a las islas e incluso ser seria duda para el choque del próximo domingo ante el Girona. Otra de las facetas estará delimitada en la aportación de los jugadores exteriores. León también tiene ahí ventaja ya que hasta ahora una de las características de los canarios es su baja aportación ofensiva. Urtasun, MVP y máximo anotador de la pasada jornada, Rocchia, Schraeder y Riol presentan muchos mejores números que Efejuku y un viejo conocido de la afición leonesa, Julio González. También en el puesto de director de juego la balanza favorece a los de De Grado, aunque todo ello deberán refrendarlo en la pista frente a un rival que llega herido, circunstancia que le hace muy peligroso.