La noche fue de Pedrito, no de Jito

Los culturalistas desearon desde que el balón comenzó a rodar en el Reino de León que su ídolo, Jito, se convirtiera en la pesadilla culé en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

Cuando la megafonía del campo nombró a Jito en la alineación culturalista, toda la grada fue un clamor a favor del delantero catalán de la Cultural.

Jito quiso siempre el balón. Porfió por el gol desde el primer minuto. Incluso quiso engañar al árbitro con un piscinazo en el área de Pinto. Volvió a comprometerse por unos colores desde el primer minuto hasta el último.

Jito lo intentó siempre, pero casi siempre fue un oasis en el desierto culturalista.

Una noche en la que se presagiaba a Jito de héroe, como lo fue ante el Real Madrid Borja, dejó a un culé que va para figura como protagonista del partido del siglo en León. Pedro, Pedrito para los más íntimos, dejó a la Cultural sin otra noche de gala en León.