Un piloto con corazón solidario

«Donar es vivir». Ese es el lema que lucirá el piloto leonés Ramón Gutiérrez en su cuarta aventura por el raid más duro del mundo, el Dakar. Su aventura deportiva por Argentina y Chile tendrá en esta ocasión una doble vertiente, la de competir e intentar acabar la prueba, y la de ayudar con su esfuerzo a la fundación Fundaspe y parte de sus objetivos, concienciar en la donación de sangre y órganos, sin olvidarse tampoco de otros proyectos en zonas deprimidas.

La sede de Hispana, su principal sustento junto a Ditel para afrontar el reto de acudir por cuarta vez al Dakar, acogió ayer la puesta de largo de un proyecto que en sus primeras horas ya ha conseguido la adhesión de administraciones como la Junta, Diputación y Ayuntamiento. Junto a la moto con la que afrontará 14 días de vértigo, una KTM 690, Ramón Guiérrez desgranó los entresijos de su presencia en un raid que hasta ahora no ha sido benévolo con el leonés ya que en sus tres anteriores participaciones, y especialmente por motivos mecánicos, le obligaba a abandonar. Ahora, y a la cuarta Ramón apuesta no sólo por acabar «sino por hacerlo lo mejor posible. Primero porque cuento con mayor experiencia, segundo porque creo que el apoyo es mejor y tercero porque la faceta solidaria que auspicio me proporciona incluso mayores dosis de ilusión y fortaleza para superar cualquier obstáculo y dificultad que pueda presentarse».

Una moto de garantías. Sin duda alg una el piloto es la parte fundamental de la carrera pero también cuenta con mucho protagonismo el vehículo. En este caso Ramón Gutiérrez cuenta con una KTM 690 consistente. DE algo más de 200 kilos, la montura cuenta entre otros con tres depósitos independientes para una autonomía de 350 kilómetros. La instrumentación es también bastante completa y va desde una brújula electrónica a un GPS pasando por un controlador de velocidad y kilometraje y un sentinel destinado a avisar de la presencia de otros vehículos.