Solo el 18% de las empresas apuesta por reciclar a sus trabajadores
Más de 500 millones de cotizaciones a la Seguridad Social revirtieron en formación para los ocupados
Gobierno, partidos políticos, patronales y sindicatos mantienen por activa y por pasiva que la formación laboral es vital para la competitividad del sistema productivo. Pero en algunos momentos, le dan la espalda. Por ejemplo, el Ejecutivo ha dejado fuera de la reforma laboral su reactivación e impulso, algo que se ha convertido en una de las principales críticas lanzadas desde el Partido Popular (PP). Y solo el 18% de las empresas con asalariados apostó en el 2009 por reciclar a sus trabajadores.
El total de horas impartidas superó los 67,25 millones y el tamaño medio de las compañías formadoras fue el de aquellas que contaron con 28 trabajadores. La modernización de la mano de obra o a veces simplemente su adaptación a los nuevos escenarios ya sean tecnológicos o normativos costó 507,8 millones de euros (un 18% más que en el ejercicio anterior) procedentes de las cuotas que empleadores (0,6% sobre la base reguladora) y empleados (0,1%) habían pagado previamente a la Seguridad Social en concepto de formación profesional. Además, hubo otros 957,2 millones gestionados por el Estado y las comunidades.
Los datos figuran en un informe de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, que supone una radiografía del sector. El sistema de formación ha estado sujeto a cambios con la intención, entre otros objetivos, de mejorar su transparencia financiera.
Dos caminos. En la actualidad refleja dos caminos. Uno denominado «oferta», consistente en que las organizaciones sindicales y patronales impartan cursos; y el otro, conocido como «demanda», tiene a su vez dos vertientes: la formación planteada por las empresas y los permisos individuales de formación (PIF), que suponen un porcentaje muy pequeño.