Los pilotos creen que Aena vende demasiados vuelos para su capacidad de gestión
Dos viajeros esperan en una de las terminales del aeropuerto de El Prat (Barcelona).
Los pilotos lo tienen claro, Aena sufre un problema de sobrecapacidad, que arrastra desde hace tiempo, y el conflicto con los controladores aéreos no se solucionará tomando medidas de tinte político sino técnicas y basadas en análisis rigurosos.
El vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (Copac) y experto en seguridad, Gustavo Barba, asegura que los aeropuertos españoles sufren el inconveniente de que «deben rendir siempre al máximo de sus capacidad comprometida», lo que genera tensión no sólo en las torres sino en las cabinas de los comandantes, en las aerolíneas y entre los pasajeros. «El asunto no se soluciona poniendo militares en las torres», apunta.
El vicedecano de Copac cree que «en la industria aérea, la política tiene sus límites» y, aplaudiendo la profesionalidad de los controladores militares, subraya que éstos tienen una operativa completamente diferente de la de los civiles. Formarlos, aclara, llevará meses: «Y si no llevara al menos cuatro meses, entonces sí que sería para preocuparse».
Militares en Castilla y León. Los aeropuertos de León, Salamanca y Valladolid cuentan con controladores militares, mientras que el de Burgos es el único de Castilla y León con personal civil, según informaron ayer fuentes de Aena. Los tres primeros aeropuertos funcionan regularmente como bases aéreas del Ejército abiertas al tráfico aéreo civil, mientras que Burgos es un aeropuerto solamente civil.
Los controladores militares están amparados por la Ley de Seguridad Aérea del 2003 para realizar el control del tráfico aéreo.