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La reconversión de las cajas tampoco ha conseguido reactivar el crédito

En enero prosiguió el desplome de los nuevos préstamos a empresas y familias

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m.j. alegre | madrid
León

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Todo sea por la recuperación del crédito, que sigue bajo mínimos. Los datos de la nueva financiación concedida a empresas y familias no dan tregua. En enero, los préstamos a las sociedades se desplomaron el 38% respecto al mes anterior y un 27% en comparación interanual, cuando el año 2009 la financiación ya estaba en caída libre. Los obtenidos por los hogares registraron descensos del 32% y el 15%, respectivamente. El único dato positivo corresponde a la financiación de la compra de vivienda: los 4.373 millones nuevos prestados suponen un aumento del 3,06% respecto al primer mes del 2009.

Estas variaciones amenazan el muy débil pulso que el crédito cobró en la segunda mitad del 2010, y son la secuela del cierre de los mercados mayoristas que provocó la crisis de la deuda soberana.

El sistema financiero tiene dificultades para cumplir su función principal de canalizar el ahorro a las necesidades de gasto de los agentes económicos, se asegura en la exposición de motivos del real decreto para el reforzamiento del sistema financiero que acaba de aprobar el Gobierno, elaborado en colaboración con el Banco de España. La carencia de crédito la sufren desde los presupuestos familiares a las pymes, «auténtico elemento nuclear de nuestro tejido empresarial».

De poco ha servido la primera fase de lo que ya se considera «el proceso de reestructuración financiera más importante y rápido de nuestra historia». El sector de las cajas de ahorro ha pasado, en menos de un año, de contar con 45 entidades individuales, con un tamaño medio de 28.504 millones de euros, a estar integrado por 17 entidades o grupos de entidades, con un volumen medio de activos de 75.452 millones de euros. Se ha reducido también el número de sucursales y los costes de estructura y se han sacado a la luz los trapos sucios de la financiación a promotores y constructores.

Llega ahora la nueva vuelta de tuerca, porque el cerrojazo de los mercados mayoristas del dinero ha dado la puntilla a las aspiraciones de regreso a la normalidad. Y las cajas de ahorro se afanan para cubrir a contrarreloj las exigencias de esta nueva regulación. A las que no cumplían el 31 de diciembre pasado el requerimiento del 10% de capital principal no les queda más salida que constituir un banco.

Si además sacan a Bolsa un porcentaje suficiente, el requisito se reducirá al 8%. Si ven obstáculos para convertirse en una entidad cotizada, tendrán que recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que, en su nueva fase, va a nacionalizar parcial y temporalmente las cajas de ahorro a las que socorra.

Pero solo a estas últimas entidades, las que acudan al FROB, se les va a exigir cierta implicación en el crédito a las pymes. La idea inicial de utilizar directamente a las instituciones reconvertidas para acelerar el ritmo de recuperación de los préstamos ha quedado totalmente descartada.

La obligación de «asumir compromisos de incrementar la financiación a las pequeñas y medianas empresas» aparece en un nuevo artículo 12 del real decreto de reforzamiento del sistema.

Por añadidura, ese compromiso deberá ser «compatible con los objetivos establecidos en su plan de negocio», que pasan, obviamente, por el mayor rigor en la concesión de préstamos para que los impagos se consigan frenar.