Trichet percibe «importantes señales de inflación» e insiste en subir los tipos
La escalada de los precios no es consecuencia exclusiva de los levantamientos populares en países productores de petróleo. Los países emergentes también exhiben «importantes señales de inflación» que han de ser combatidas, declaró el portavoz del grupo de los principales bancos centrales, Jean Claude Trichet, presidente a su vez de la autoridad monetaria de la zona euro.
Los focos de todos los analistas están puestos en Trichet tras el anuncio realizado la pasada semana de que los tipos de interés podrían aumentar el próximo abril en el área de la moneda única, donde han permanecido en el 1% desde mayo del 2009, prácticamente durante el periodo más duro de la crisis, con el propósito de ayudar a la recuperación. Las palabras del presidente del BCE fueron interpretadas como una ratificación de sus propósitos de subir el precio oficial del dinero en la zona euro.
Pero si el Banco Central Europeo sube los tipos de interés, el euro, fuertemente apreciado -está en torno a 1,4 dólares- sufriría una mayor revalorización respecto al billete verde, una evolución que no conviene a los países más fuertes de la zona euro, y en particular a Alemania. Y podría darse una espiral perversa, porque casi siempre que se deprecia el dólar se reactiva el mercado petrolero, porque los inversores se desplazan, y el crudo se encarece con la mayor demanda.
Propósitos. Los banqueros centrales del grupo de los Diez -Alemania, Bélgica, Canadá, EE.UU., Francia, Holanda, Italia, Japón, Reino Unido, Suecia y Suiza-, reunidos en Basilea en la sede del Banco de Pagos Internacionales, constataron el «propósito unánime» de frenar la inflación, pero el presidente del BCE reconoció que eso no significa que vayan a actuar por igual, sino que tienen la opción de hacerlo de forma diferente.
Los expertos piensan que la Reserva Federal no va a incrementar los tipos de interés, porque algunos indicadores económicos revelan cierta ralentización. Pero dan por prácticamente seguro que la autoridad monetaria de la zona euro eleve el precio oficial del dinero para atajar los riesgos de inflación.