La reforma laboral naufraga

Casi un año después de la reforma laboral impuesta por el Gobierno a los sindicatos y empresarios, sus efectos en el mercado de trabajo solo se han dejado sentir con cuentagotas. La nueva regulación se ha mostrado ineficaz a la hora de elevar la contratación indefinida, frenar el crecimiento del paro o favorecer la creación de empleo, tres variables que se han deteriorado con fuerza en sus diez meses de vigencia. Tampoco hay signos de que haya incidido en el abaratamiento del despido ni ha tenido repercusión en otro de sus objetivos: impulsar la ocupación tanto de los jóvenes como de las mujeres y los mayores de 45 años. Las empresas de trabajo temporal (ETT) han visto favorecida su actividad al ampliarse su campo de actuación. Mientras, las compañías se han ahorrado millones de euros por la aportación del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) a las indemnizaciones por despido.

La falta de resultados fue esgrimida por los sindicatos para exigir la pasada semana, con motivo del Primero de Mayo, la retirada de la reforma laboral que, a su juicio, es la «más agresiva» realizada nunca contra los trabajadores. Las centrales han promovido una iniciativa legislativa popular en la que pedirán al Congreso su derogación. El Ejecutivo cree que dará resultados a medio plazo.

Paloma López, responsable de empleo de CC.OO., es tajante al asegurar que la norma «no sirve para los objetivos planteados por el Gobierno», tras constatar la caída de la contratación indefinida y el alza de la temporal, y el mantenimiento del despido express -”el más negativo de todos para los sindicatos-”, que convive con el alza del que se realiza por causas objetivas. Uno de los escasos aspectos positivos, según la sindicalista, es el aumento de los contratos formativos, que han mejorado la protección. Pero también crecen de forma muy notable los de tiempo parcial, que no son voluntarios en la mayoría de los casos y en los que aprecia «discriminación» -”el 80% son de mujeres-” y «menor protección social» que en los completos.

La responsable de CC.OO. espera que las medidas «más regresivas de la reforma puedan ser revertidas» con la iniciativa legislativa popular, y lamenta la caída de los contratos indefinidos, que son los que ofrecen «empleo de calidad y mejores condiciones laborales».

La reforma no ha creado empleo ni servido para frenar el paro. El Gobierno explica que los cambios normativos, que también contaron con el rechazo empresarial por considerarlos insuficientes, están pensados para avanzar más deprisa cuando la economía vuelva a crecer con fuerza.

600.000 trabajadores menos. En los diez primeros meses completos de aplicación de la nueva regulación, el paro registrado ha pasado de 3.992.368 personas en junio del pasado año a 4.269.360 en abril. En el caso de la Encuesta de Población Activa, de 4.645.500 a 4.910.200 en los tres trimestres de vigencia, en los que la tasa de desempleo ha subido del 20,1% al 21,3%.

Los datos de afiliación a la Seguridad Social, que miden el empleo oficial que cotiza cada mes, muestran la misma tendencia. Se han perdido más de 311.000 ocupaciones de junio del pasado año a abril, mientras que la EPA estima la caída en 325.000 puestos de trabajo.

1397124194 El coste del despido, sin cambios. El aspecto más polémico de la reforma laboral, y principal desencadenante de la huelga general fue el abaratamiento del despido por dos vías diferentes: la extensión a nuevos colectivos de trabajadores del contrato de fomento del empleo indefinido y la ampliación de los supuestos para los despidos por causas económicas, que incluía como novedad la previsión de pérdidas futuras de las empresas.

Los resultados que ofrecen las estadísticas hacen imposible de momento constatar si el cambio ha tenido consecuencias para el bolsillo de los afectados. En el caso de los nuevos contratos, la medida tendrá efectos a largo plazo, cuando los despedidos acumulen antigüedad, ya que el de fomento del empleo indefinido tiene una indemnización de 33 días por año trabajado con un máximo 24 mensualidades, frente a los 45 días y 42 mensualidades del ordinario.

La encuesta sobre costes laborales del tercer y cuarto trimestres del 2010 no revela nada definitivo. Las cantidades medias abonadas en ese concepto fueron 7.600 y 10.700 euros por asalariado en cada periodo, frente a los 10.600 y 10.200 euros de los dos periodos anteriores.

En el caso de los acuerdos pactados en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación tampoco pueden extraerse conclusiones, ya que el encarecimiento de 32.500 a 36.200 euros de media por despido entre la segunda mitad del 2009 y el pasado ejercicio se debe, con toda probabilidad, a que los trabajadores despedidos en el 2010 tenían más antigüedad que los del año precedente. En esta crisis, primero se suprimieron los contratos temporales, después los de menos antigüedad y, al final, los de los trabajadores más veteranos. Tampoco los casos judiciales aportan novedades: las indemnizaciones han crecido. Las compensaciones medias se han duplicado, al pasar de 4.154 euros en el último trimestre de 2009 a 9.347 en un año.

1397124194 Sin cambios en la estabilidad. Otro de los objetivos de la reforma laboral era dar mayor estabilidad al mercado laboral. Ha permitido algunos avances, pero de pequeña entidad: entre mediados del año pasado y el primer trimestre del actual, la tasa de temporalidad ha caído ocho décimas, del 25,6% al 24,8%.

Aunque parezca contradictorio, esa mejora no se ha dejado sentir también en los contratos fijos: han caído en los diez meses que van de junio a abril en un 3,4% -”1.008.900 frente a 1.044.700-” con respecto al mismo periodo de un año antes. La bajada se produjo pese al fuerte incremento de la conversión de los temporales en indefinidos de fomento del empleo, que cuentan con una importante bonificación de las cuotas a la Seguridad Social durante tres años, y era uno de los fines.

Además, de manera global y por trimestres naturales, los datos arrojan en términos interanuales un descenso del porcentaje de contratos fijos sobre el total, según el Consejo de Relaciones Laborales de Euskadi. Esa tasa se ha situado entre el 7,50% y 9,39% en el conjunto de España. En abril la bajada fue del 6,6%.