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La situación financiera de Grecia arrastra a la zona euro al borde del caos

Un segundo rescate griego divide a los socios europeos y convulsiona los mercados

Un monumento que muestra el dracma, la antigua moneda griega antes del euro.

Publicado por
iñaki castro | bruselas
León

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La UE no puede respirar tranquila ni en su cumpleaños. Los Veintisiete celebraron ayer el 61 aniversario de la declaración política, impulsada por el entonces ministro de Exteriores francés Robert Schuman, que puso los cimientos del proyecto europeo. El día, sin embargo, no estaba para grandes festejos. El euro, uno de los emblemas del bloque comunitario, sigue sin dejar atrás su primera crisis. La noticia de que Grecia necesitará un segundo plan de rescate un año después de aprobarse un salvavidas de 110.000 millones ha vuelto a poner los nervios de punta a los mercados y a los propios socios de la moneda única.

La sorpresa saltó en la noche del pasado viernes en el chateau de Senningen, a las afueras de Luxemburgo. Allí se habían reunido de forma secreta representantes de las cuatro principales economías de la Eurozona -Alemania, Francia, Italia y España- junto con el ministro de Finanzas griego. Horas antes, el prestigioso semanario alemán Der Spiegel había anticipado que Atenas sopesaba abandonar la moneda única. Las alarmas no tardaron en encenderse y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, tuvo que admitir tras el encuentro que preparaban un segundo salvavidas financiero para el país heleno.

Aunque los mercados llevaban meses anticipando una revisión del rescate griego, el anuncio de Juncker ha vuelto a instalar en el caos a la zona euro, que en las últimas semanas confiaba en olvidar la crisis de la deuda soberana después de pactar sin grandes sobresaltos el plan de ayuda para Portugal. El primer torpedo a esquivar era la información de la revista germana que sugería la resurrección del dracma. El presidente del Eurogrupo encabezó la ofensiva al proclamar que se trataba de una «estupidez». El primer ministro heleno, Georges Papandreou, apostilló que la información «bordeaba lo criminal» y pidió que se dejara trabajar «en paz» a su país.

El nuevo flanco abierto por la confirmación de otro paquete de ayuda ha dado vía libre a la especulación sobre los detalles de este mecanismo de urgencia. Las autoridades comunitarias sólo han insistido en que bajo ningún concepto se procederá a reestructurar la deuda de Grecia, que asciende al 150% de su PIB.

El diario francés Le Figaro recordaba que renegociar el pago de los títulos soberanos helenos sería como un «Lehman Brothers europeo». El rotativo conservador galo subrayaba que la situación sería «explosiva» por la elevada interconexión de la zona euro, donde el 85% de la deuda está en manos de entidades del propio bloque.

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