La ONU ofrece a sus proveedores un mercado de 9.000 millones de euros
Comida, medicinas, equipos de laboratorio, vehículos, ordenadores, materiales de construcción y servicios de seguridad. Son algunos de los bienes y servicios más demandados por las Naciones Unidas (ONU), el gigante multilateral nacido en 1945 que tiene como cometido básico mantener la paz en el mundo y que se ocupa, entre otras tareas, de garantizar la seguridad y la reconstrucción en países arrasados por guerras, hambrunas, pandemias y catástrofes naturales cuando sus autoridades se ven desbordadas. Afganistán, Oriente Próximo, África subsahariana y los Balcanes son algunos teatros de operaciones donde realiza su actividad mediante despliegues de fuerzas militares, programas de alimentos, alfabetización, vacunaciones o protección medioambiental. Pero esa maquinaria de dimensiones colosales que es la ONU exige para funcionar suministros constantes de sus proveedores. Si el abastecimiento de bienes y servicios se interrumpiese, su engranaje se pararía, muchas de sus nobles actividades podrían colapsar y peligrarían la vida, la seguridad y los derechos de pueblos enteros. La importancia económica de la ONU está plasmada en un informe de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Nueva York, que lleva por título Cómo hacer negocios con Naciones Unidas . El texto detalla que «la ONU, incluidas sus agencias afiliadas, representa un mercado internacional de más de 13.000 millones de dólares (9.000 millones de euros) para las empresas de bienes y servicios»
El informe recalca, además, que la ONU es un «excelente trampolín» para que compañías de ámbito nacional introduzcan sus productos en otros países y regiones del mundo. Una plataforma a la que las empresas españolas han prestado hasta ahora poca atención. España ocupa el octavo lugar como país aportador de fondos a la ONU pero sus empresas le vendieron productos por sólo 35,6 millones, el 0,36% del total de adquisiciones.