Lagarde, más cerca del FMI

Sólidos argumentos esgrimidos en las últimas semanas por prestigiosos economistas, un sector de la prensa y líderes de países emergentes habían alentado la posibilidad de un cambio histórico en la gestión del Fondo Monetario Internacional (FMI) con el nombramiento de un director gerente no europeo. En el otro frente, el grueso de países de la Vieja Europa que dominan con su voto la junta ejecutiva, dispuestos a no renunciar a un privilegio adquirido cuando se creó la institución en 1946. Tras el descarte por cuestiones de edad del israelí Stanley Fischer -”para algunos académicos, el mejor preparado de los candidatos-”, la desigual partida quedó servida entre el mexicano Agustín Cartens, director del Banco Central del país azteca, y la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, favorita en todas las quinielas para sustituir al dimitido Dominique Strauss-Kahn (DSK).

Elegida de antemano. En su entrevista en Washington ante la junta de 24 miembros del FMI, Lagarde anunció -”con el aire de quien se sabe elegida de antemano-” que quiere un FMI «más receptivo, legítimo y eficiente». Y en un aviso a navegantes dirigido a sus actuales colegas de Finanzas en la UE advirtió de que no evitaría «la mano dura» si llega el caso. Además de los países europeos, tiene seguros al menos un tercio de los votos totales del Fondo, sin incluir Estados Unidos, que esperará al final para dar su respaldo.

En la recta final de su campaña esta semana, ambos aspirantes visitaron Washington para ser examinados por los ejecutivos del Fondo y, de manera informal pero no menos importante, por el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geitnher, quien ha mantenido hasta el último momento una neutralidad exquisita. Si bien la regla no escrita indica que Estados Unidos -”con más del 16% de la representación-” se alineará con sus socios europeos en la votación final que tendrá lugar el próximo 30 de junio, el responsable de finanzas norteamericano ha sabido medir el peso de la candidatura de los emergentes y ha dicho que Cartens reúne las cualidades financieras y políticas para encabezar el FMI. Cuando le tocó hablar bien de Lagarde, usó términos similares pero apurando un poco más los adjetivos: se trata de una candidata «excepcionalmente dotada». Pese a la apariencia de normalidad y juego limpio, el proceso no ha logrado satisfacer las esperanzas de muchos líderes mundiales que creían que este nuevo escenario de competencia ofrecía la primera oportunidad de que un no europeo alcanzara el cargo de director gerente.