Venezuela, condenada a vivir del petróleo
Con 296.500 millones de barriles de crudo en reservas, el país busca sin éxito alternativas para impulsar su economía pese a sus esfuerzos por romper esa dependencia
Asentada sobre una opulenta y diversa cantera de minerales, hidrocarburos y metales preciosos, con una costa atractiva para el turismo y la pesca, y tierras aptas para la actividad agropecuaria, Venezuela parece un país condenado a vivir del petróleo. Los esfuerzos por romper con esa dependencia y producir otros bienes resultan insuficientes o se topan con enormes dificultades.
Con los precios del crudo por las nubes la ecuación cierra. Pero, ¿qué pasará con esta economía si el ciclo cesa? El país gobernado por Hugo Chávez destina buena parte de los recursos del petróleo a financiar el déficit fiscal y los programas sociales. Pero todo está lastrado por el corto plazo. Y más ahora que el presidente, que concentra todo el poder, admitió que tiene cáncer y delegó sus tareas de gobierno para tratarse en la isla de Cuba.
Así, la información del cartel de la Opep que acaba de colocar a Venezuela en el primer puesto del ranking mundial de países con mayores reservas probadas de crudo es, al mismo tiempo, una buena noticia y una suerte de maldición. Y es que preanuncia que la sujeción de este país de 29 millones de habitantes a un solo recurso seguirá por mucho tiempo, atentando contra los esfuerzos de diversificación.
La Organización de Países Productores de Petróleo (Opep) constata que Venezuela tiene reservas por 296.500 millones de barriles, un volumen muy superior al de los últimos años que la sitúa por encima de Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait y Emiratos Árabes. Solo un dato: las reservas totales probadas del planeta están en 1.467 millones de barriles, y el 20% lo tiene Venezuela.
El país caribeño puso en marcha en el 2005 un programa de certificación que permitió que las reservas probadas se incrementaran un 340% en cinco años. A su vez aumentó la producción de crudo. Ahora se elaboran 2,4 millones de barriles diarios, y se proyecta duplicar la producción para el 2014.
El llamado -˜oro negro-™ permitió a Chávez financiar su «revolución bolivariana». Con esos recursos, el país redujo la pobreza un 23% en la última década, aunque aún hay un 26% de población pobre. La inversión social se triplicó en 10 años. La tasa de paro llega al 8,6%. Las reservas monetarias se aproximan a los 30.000 millones de dólares y la deuda soberana representa el 18% del PIB.