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m. j. alegre | madrid
León

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La rebaja de la ‘nota’ que la agencia norteamericana Standard & Poor´s concede a los bonos de largo plazo de Estados Unidos añade otro elemento de incertidumbre. En otro tiempo, la decisión no hubiera tenido mayores consecuencias, y hasta hubiera podido abrir un nicho de oportunidad, porque el euro aspiró a consolidarse como la gran moneda alternativa de reserva a escala mundial. Pero en estos momentos, con tres países de la zona en fase de rescate, y otros dos —Italia y España— en el punto de mira de la ofensiva especuladora, cualquier factor distorsionador que pueda debilitar el crecimiento internacional añade leña a un incendio en plena expansión. Si la reacción de los mercados es adversa el próximo lunes, se abrirá un nuevo capítulo —esta vez a escala planetaria— de la crisis interminable.

¿Por qué afecta a Europa la desconfianza de los inversores en las finanzas norteamericanas? La puesta en marcha del acuerdo europeo del 21 de julio por el que se crearon instrumentos más flexibles con los que defender a los socios más vulnerables del ataque de los mercados va a llevar su tiempo, ya que exige la aprobación de todos los parlamentos. Los especuladores están dispuestos a aprovechar ese margen, y no ignoran que en el seno de la UE persiste una clara división entre el grupo de países partidarios de que «quien la hace, la paga» —Alemania, Finlandia, Austria—, y los que demandan una solidaridad menos condicionada.

¿En qué posición se encuentra Estados Unidos respecto a los países europeos? Está casi tan endeudado como Italia, por ejemplo.

Cualquier empeoramiento de Estados Unidos se trasladará a la economía mundial. Basta seguir la trayectoria bajista del precio del petróleo en las últimas jornadas para comprobarlo. Si la rebaja de la nota de la deuda a largo plazo norteamericana por parte de S&P tiene finalmente otras secuelas —recorte de la calificación de empresas y bancos, confirmación por parte de otras agencias— y llega a impactar en la economía real vía inversiones y consumo, países como Alemania, volcados en sus intercambios con el exterior, verán frenado su crecimiento.