El Estado acumula entre enero y julio un déficit equivalente al 2% del PIB

El déficit público, pesadilla de políticos y ciudadanos, evoluciona según la trayectoria prevista. La diferencia entre ingresos y gastos del Estado, medida en términos de compromiso, que es como se computa en las cuentas europeas, se elevó en los siete primeros meses del año a 22.764 millones de euros, un 11,8% menos que en igual periodo del ejercicio anterior y una cuantía equivalente al 2,09% del Producto Interior Bruto (PIB). Pero España está empeñada en el objetivo de recortar los números rojos, y las cifras presentadas en julio se desvían ligeramente de este propósito ya que en el primer semestre el descenso fue sensiblemente mayor, un 18,9%.

Las cuentas arrojan sensibles diferencias cuando se toman en cuenta las entradas y pagos efectivamente realizados a través de caja. En este caso el déficit presenta una reducción, al situarse en 20.610 millones frente a los 29.681 millones del periodo enero-julio del año precedente.

En uno y otro caso se aprecia una ralentización de los ingresos tributarios. Los efectivamente recaudados hasta julio muestran un pequeño avance del 1%, que el ministerio de Economía atribuye a diferencias de calendario. Se han agilizado las devoluciones por el IVA y, por añadidura, en el 2010 se anticiparon compras en el primer semestre para eludir el aumento de tipos de este impuesto.

La caída en el Impuesto de Sociedades en un 23,8% también se explica en parte por los cambios en las fechas de ingresos del pago fraccionado. Habrá que esperar todavía algunos meses hasta poder conocer el definitivo impacto de la crisis sobre la recaudación.

Cae la Seguridad Social. Las cuentas de la Seguridad Social muestran una trayectoria poco favorable. El superávit de la Seguridad Social cayó el 47,65 % hasta los 3.211 millones de euros en los siete primeros meses del año respecto al mismo período de 2010, lo que representa el 0,30 % del PIB. Según informó ayer el Ministerio de Trabajo e Inmigración, este resultado se debió a la diferencia de unos ingresos por valor de 71.128,66 millones de euros, el 2,63 % menos que hace un año, y de unos gastos de 67.917,27 millones, el 1,50 % más.

La disminución del superávit en casi la mitad hasta julio también se debe a que los gastos previstos pendientes de imputación presupuestaria alcanzarían un importe aproximado de 1.000 millones de euros.

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, opinó que llegar al cuarto año de crisis con superávit, demuestra que las políticas de estabilidad presupuestaria son «razonables». A su juicio, este hecho prueba que «no es necesario recurrir al endeudamiento para aumentar el nivel de protección social».

Del total del gasto no financiero de la Seguridad Social, el 92,68 %, 62.943,36 millones de euros, fue por prestaciones económicas a familias e instituciones, y dentro de este concepto la mayor partida, 60.703,92 millones, correspondió a pensiones y prestaciones contributivas, que crecieron el 4,03 %. Dentro de estas últimas, el mayor desembolso fue a parar a las pensiones (invalidez, jubilación, viudedad, orfandad y en favor de familiares), a las que se destinaron 56.350,54 millones de euros, el 4,99 % más que en el 2010.

En cuanto a las prestaciones por maternidad, paternidad y riesgo durante el embarazo, el gasto se elevó a 1.335,36 millones (el 1,30 % más), en tanto que las ayudas por incapacidad temporal ascendieron a 2.691,27 millones (el 11,33 % menos). A finales de julio, a las pensiones y prestaciones no contributivas se destinaron 2.239,44 millones, una caída interanual del 1,98 %.