La UE recapitalizará la banca europea con un nuevo plan de 100.000 millones
Los jefes de Estado y de Gobierno vuelven a reunirse hoy para relanzar el euro.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea han conseguido acercar posturas sobre el plan de recapitalización a la banca, que ascenderá finalmente a 100.000 millones de euros, según explicó ayer una fuente comunitaria. La cifra no difiere mucho de las estimaciones lanzadas en los últimos días por distintos actores involucrados en la negociación, como la ministra austriaca, María Fekter. Sin embargo, las discusiones a lo largo de ayer no consiguieron llegar a un acuerdo sobre otros aspectos del proceso, como el número exacto de bancos que tendrán que aumentar su solvencia o si finalmente se obligará a aplicar un descuento a la deuda pública española anotada en los balances de los bancos.
La falta de un consenso obligó a suspender la rueda de prensa prevista para ayer por la tarde.
Los 17 países de la Eurozona, con Francia y Alemania a la cabeza, mantienen estos días intensas —y, en ocasiones, tensas— negociaciones para poner fin cuanto antes a la crisis de deuda. Hay mucho en juego y nadie quiere perder terreno. Pero la cuestión se dilucida a dos niveles, dejando a los restantes socios de la Unión Europea casi al margen, en una «Europa a dos velocidades».
Hoy los jefes de Estado y de Gobierno volverán a reunirse en Bruselas. Esta «decisiva» cumbre —la enésima o, al menos, la penúltima, pues ya hay convocada otra para el próximo miércoles— llega precedida por un encuentro del Ecofin (los ministros de Finanzas de toda la Unión Europea). Otra cita en la que sólo los ‘grandes’ piensan y deciden el futuro de todos. Es el euro lo que está en entredicho, y son las naciones que se juegan su moneda las que marcan la pauta.
Son estos 17 países los que deberán redefinir el segundo plan de ayuda a Grecia, la recapitalización de los bancos europeos y una optimización de la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para evitar la propagación de la crisis de la deuda a Europa y al resto del mundo. «Cada vez más tenemos una Europa que funciona a dos velocidades», reconoce una fuente diplomática francesa.
Excluidos de los debates, de las grandes decisiones y de las transformaciones que éstas conllevan, la mayoría de los países de la UE que no están en la zona euro temen haberse convertido en miembros de segunda. Algunos países como Polonia, que ocupa la presidencia temporal de la UE, ya han manifestado su frustración por sentirse excluidos de las importantes decisiones europeas.
La excepción en todo caso sería Gran Bretaña, que aunque no integra la Eurozona ha utilizado todo su poder económico y político, que no son menores, para funcionar como una especie de árbitro entre los dos polos de fuerzas. La City alberga grandes intereses económicos, y su opinión siempre cuenta. También existe la percepción en Bruselas de que los grandes cambios que se producen, acelerados por la crisis griega, son decididos por el eje franco-alemán, pasando por alto a la Comisión Europea. «Es lógico que así sea», señala una fuente europea. «Al final de cuentas, ambos países constituyen el 50% del PIB de la Eurozona, lideran la zona euro desde un punto de vista económico y ambos tienen la máxima nota, la triple AAA», añadió.
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agencias